Por Marcela Madrid | @marcemv91
Colombia está viviendo un momento histórico, debido al intento por implementar el Acuerdo de Paz con las Farc, incluso en medio de conflictos que no cesan. Mientras el mundo pone los ojos en nuestros escenarios de justicia transicional, el periodismo reflexiona sobre cómo cubrirlos a la altura. Para ello, un grupo de 20 periodistas colombianos se reunió en Zipaquirá en el taller ‘Cobertura periodística de la justicia restaurativa en Colombia’, realizado por la Fundación Gabo, gracias a su alianza con el Instituto Colombo-Alemán para la Paz (CAPAZ).
Después de escuchar detalladas explicaciones sobre lo que significa la justicia restaurativa y cómo se está intentando aplicar desde la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), la maestra del taller, Gloria Castrillón, planteó una pregunta que llevaría a profundas discusiones sobre el rol del periodismo en estos escenarios: “Ya vimos que la justicia tiene un enfoque restaurativo, ¿el periodismo puede tenerlo?”
La justicia restaurativa es aquella que se enfoca en enmendar el daño causado, a diferencia de la justicia ordinaria, que tradicionalmente se ha centrado en el castigo y la pena. Entonces, las respuestas de los y las reporteras dieron luces sobre cómo contribuir desde el periodismo a sanar el dolor causado por “la peor tragedia de Colombia”, como calificó Castrillón a más de 50 años de conflicto armado.
1. Narrar lo que el país no ve
Una de las primeras ideas fue la de narrarle al país las historias de lo que está ocurriendo con la justicia transicional y mostrar lo trascendental que son estos hechos. “¿Será que nos estamos quedando solo en el cubrimiento de la audiencia judicial y estamos dejando por fuera las historias?, ¿hemos contado el antes y el después de estas audiencias?”, preguntó Castrillón, directora editorial del proyecto Colombia +20 de El Espectador.
Después de analizar algunos cubrimientos de distintos medios nacionales a las diligencias de la JEP, los participantes concluyeron que es necesario ir más allá del registro de lo que se dice en las audiencias y contar también el componente emotivo de estos espacios. También se planteó la necesidad de diversificar los enfoques y las fuentes en estas coberturas.
2. Darles espacio a las víctimas en la cobertura
Una novedad de la justicia restaurativa es que le da una participación protagónica a las víctimas, a diferencia de la justicia ordinaria. Así lo explicó durante el taller Juliette Vargas, colaboradora científica de CAPAZ: “El paradigma de la justicia penal tradicional está muy enfocado en ciertos actores (jueces, abogados, fiscales) pero una de las críticas que surgen en los 70 es dónde quedan las víctimas. La justicia restaurativa les dice a las víctimas ‘ustedes son los protagonistas porque son los principales afectados’”.
La JEP es un reflejo de este cambio, pues las víctimas son centrales en todo el proceso, desde los aportes a la construcción de la verdad hasta la definición de las sanciones. A pesar de esto, en el ejercicio de revisión de medios, los participantes encontraron que el protagonismo suele estar en los responsables (o comparecientes), con muy poco o ningún espacio para la voz de las víctimas.
3. Repensar la manera de cubrir a las víctimas
Ese cubrimiento de las víctimas también debería trascender las declaraciones en las diligencias judiciales y llevar a contar historias que ayuden a reparar su dolor. Castrillón planteó algunas preguntas sobre este aspecto: “¿Cómo estamos representando a las víctimas?, ¿qué justifica ir a remover el dolor de una persona que sufrió mucho?, ¿en qué momento puedo hacer eso sin generar revictimización?” Además, aconsejó contar las historias de cómo las propias víctimas impulsan procesos de reparación en sus comunidades: “No hay nada más dignificante para una víctima que uno cuente cómo esa persona se sobrepuso y sacó adelante a su comunidad. No se trata de contar historias ‘positivas’ o ‘negativas’, sino de contar la historia completa”.
4. Dejar atrás el imaginario de buenos y malos
Para la maestra del taller, es necesario eliminar las etiquetas de víctimas y victimarios para poder cubrir la justicia restaurativa con otro chip. “Creo que estamos empezando a comprender que no hay un victimario que es un ser humano muy malo, un monstruo que nació para hacer daño, y tampoco hay una víctima que nació pura y buena. Eso no existe, existen seres humanos que tomaron decisiones equivocadas y cometieron delitos atroces”. Eso lo comprobó cuando viajó a El Caguán en los 90 a cubrir las negociaciones de paz y se encontró por primera vez con niñas y niños guerrilleros, la mayoría de origen pobre y con un contexto de violencia en sus hogares.
Castrillón considera que también es importante contar las historias detrás de esos victimarios que están reconociendo sus responsabilidades y mostrando arrepentimiento por el daño que causaron. “Lo más cómodo para ellos sería quedarse en la cárcel, como han hecho muchos, sin reconocer nada y sin pedir perdón, pero creo que el que da el paso merece un reconocimiento; no le voy a dar una medalla pero lo cuento”.
Sobre Gloria Castrillón
Directora de Colombia +20, un proyecto periodístico y pedagógico para el posconflicto de El Espectador. Es cofundadora de la asociación Consejo de Redacción. Así mismo, ha sido coautora de los manuales Pistas para narrar la paz, Pistas para narrar la memoria, y editora de los libros 12 historias que nos deja la guerra y Las coordenadas del posconflicto.
Sobre el taller
Este encuentro organizado por la Fundación Gabo con el apoyo del Instituto Colombo-Alemán para la Paz (CAPAZ) reunió a 20 periodistas el 27 y 28 de junio en Zipaquirá, bajo la conducción de Gloria Castrillón Pulido, periodista especializada en temas de política conflicto armado y derechos humanos.
Esta actividad es la última de un ciclo de cuatro talleres que tienen como objetivo desarrollar espacios de formación y diálogo entre periodistas, además de brindar herramientas que les faciliten la comprensión de la justicia restaurativa en el Sistema Integral para La Paz en Colombia.
Fundación GABO