A mediados de este año hubo un debate (virtual) en la Redacción de EL COMERCIO. El informe Digital News Report 2022 se compartió entre nuestro equipo, con el ánimo de generar reacciones sobre los resultados del informe. Quizás uno de los que más llamó la atención fue que los “nativos sociales” (personas de menos de 25 años), “perciben las noticias de modo distinto, están menos interesados en temas tradicionales como la política y poseen una conexión más débil con los medios”. Esta fue una primera bandera roja para muchos periodistas, porque se cree que la política es la temática crucial en las casas editoriales dedicadas a informar.
Un segundo resultado causó aún más impacto: cuatro de cada 10 de los encuestados por el Instituto Reuters (autor del informe) aceptó que ignora los medios de comunicación y, en especial, las noticias “deprimentes” o “duras” y los jóvenes están ya cansados de ese tipo de contenido. “Estos hallazgos presentan desafíos decisivos para el sector (de los medios de comunicación): los temas que los periodistas consideran más importantes, como las crisis políticas, los conflictos internacionales y las pandemias, parecen ser precisamente los que alejan a algunas personas”, explicó el investigador Nic Newman, autor principal del Digital News Report, recogido en el sitio web de la Fundación Gabo.
En la Redacción surgieron preguntas lógicas. ¿Cómo hacemos para atraer a la comunidad más joven que ahora son la mayoría en el país y cómo evitamos que los lectores tradicionales se alejen? No hay recetas. El propio informe asegura que las plataformas con elementos multimedia -y lenguajes más sencillos- son más atractivas. De ahí el despunte en el país y el mundo de redes sociales como TikTok y la misma Instagram. Hemos aprendido de ellas, nos hemos equivocado, nos han criticado; pero a la vez nos hemos adaptado. Sin embargo, es difícil luchar contra el hartazgo por lo negativo. La realidad de esta sociedad en crisis obliga a contar esas noticias negativas. El desafío es encontrar los lenguajes adecuados para que las nuevas generaciones propongan cambios, critiquen al poder y promuevan transformaciones.
El Comercio