El sábado por la noche, un terrorista palestino abrió fuego contra un grupo de policías fronterizos y guardias de seguridad civiles, en el puesto de control de seguridad de Shuafat, en el este de Jerusalén.
El terrorista, que sigue huido, ha sido identificado como un hombre de 22 años de Shuafat llamado Udi Kamel Tamimi. Llegó al puesto de control en autostop, se bajó del coche y abrió fuego.
Tamimi hirió gravemente a un antiguo soldado de las Fuerzas de Defensa de Israel y ahora guardia de seguridad, David Morel, y asesinó a Noa Lazar, una agente de policía de fronteras de 18 años.
Noga Tarnopolsky es una veterana periodista y analista israelí con dos décadas de experiencia en la cobertura del conflicto árabe-israelí para múltiples organizaciones de noticias, como The Daily Beast y Los Angeles Times. La periodista, criada en Suiza y educada en Amherst, ha informado desde al menos ocho países de todo el mundo.
Solo unas horas después del atentado, Tarnopolsky publicó esto en su cuenta de Twitter:
Sin embargo, las definiciones de Tarnopolsky de terrorismo y asesinato no parecen coincidir con las definiciones universales.
Según el FBI y el Instituto de Información Legal (LII) de la Facultad de Derecho de Cornell, el asesinato es cuando alguien mata intencionadamente a otra persona. En consecuencia, no se puede discutir que Noa Lazar fue asesinada, aunque fuera un soldado.
Queda la duda de si el ataque del sábado fue un acto de terrorismo.
Como es lógico, las definiciones de terrorismo son ambiguas y están muy politizadas. Sin embargo, hay un hilo conductor entre varias fuentes: las motivaciones subyacentes y el impacto del ataque.
Los periodistas de The Atlantic distinguen entre asesinato y terrorismo, describiendo este último como “violencia pública para promover una causa o ideología política, social o religiosa”.
El Instituto Nacional de Justicia (NIJ) distingue también entre asesinos y terroristas, escribiendo: “Mientras que los terroristas cometen actos de violencia para obtener beneficios políticos, los asesinos en masa carecen de esta ideología”.
Robert J. Art y Robert Jervis -dos destacados académicos y autores de ciencias políticas- examinaron lo que separa al terrorismo de todos los demás actos de violencia. Desarrollaron estas definiciones aún más, y denominaron al terrorismo “la creación y explotación deliberada del miedo a través de la violencia o la amenaza de violencia en la búsqueda del cambio político”.
De hecho, estas tres definiciones de terrorismo tienen en común las motivaciones políticas o ideológicas. Jervis y Art dan pruebas fehacientes de que el terrorismo incluye el impacto psicológico que sigue al ataque.
Sin duda, el tiroteo en el paso fronterizo de Shuafat fue un acto de terrorismo basado en las tres definiciones.
Los elogios de Hamás al ataque reflejan un objetivo político, lo que refuerza que el ataque fue un acto de terrorismo. El Departamento de Estado estadounidense designó a Hamás como organización terrorista en 1997.
“Estas operaciones llevan el mensaje de que la revuelta de nuestro pueblo está en marcha y no amainará y que las operaciones, los disparos y los tiros de nuestra juventud en revuelta perseguirán a los ocupantes y a las manadas de colonos en todas partes en respuesta a sus crímenes y a sus incursiones en la mezquita de Al-Aqsa”, comentó Hamás.
La motivación de Tamimi era la promoción de la ideología política de estas organizaciones terroristas con sede en Gaza y Judea y Samaria, como lo atestiguan las celebraciones y los fuegos artificiales sobre Shuafat esa misma noche.
Los atentados de lobos solitarios son una estrategia clave para Hamás y la Yihad Islámica Palestina, porque pueden ocurrir en cualquier lugar, en cualquier momento y pueden ser llevados a cabo por cualquiera.
El análisis de Tarnopolsky se ha equivocado antes. Cuando el gobierno del ex primer ministro israelí Naftali Bennett tomó posesión, afirmó incorrectamente en The Daily Beast que su partido Yamina representa “mayoritariamente” a los “colonos judíos de Judea y Samaria”.
Cabe destacar que Tarnopolsky se refirió a los soldados rusos como “terroristas” justo un día después del ataque que mató a Noa Lazar. Su definición de terrorismo parece cambiar según el contexto.
A medida que la situación en Judea y Samaria se agrava, con numerosos ataques contra civiles y soldados israelíes cada día, es importante que los periodistas que cubren el conflicto se centren en informar sobre los hechos y no utilizar palabras politizadas fuera de contexto.
Sobre el autor: enjamin Amram es colaborador de HonestReporting, una organización de vigilancia de los medios de comunicación con sede en Jerusalén que se centra en el antisemitismo y el sesgo antiisraelí.