«Mami, yo pensé que no lo íbamos a lograr». Nada más despegar de La Habana, la hija mayor de Luz Escobar, quien hoy recibe el Premio Internacional de Periodismo de EL MUNDO, mostró su sorpresa y su satisfacción camino de Madrid. También su angustia. No es para menos: durante años, el régimen castrista ha hostigado a esta periodista independiente, miembro del equipo fundacional del diario electrónico 14ymedio, un asedio que se prolongó hasta el propio aeropuerto José Martí con una «inspección de rutina» al tratarse de un personaje de «interés estatal», como le comunicaron las autoridades. Y no sólo contra la activista, también contra su pareja, el artista visual Julio Llopiz-Casal.
Ya en España, Escobar (La Habana, 1977) habla con este periódico en el Paseo del Prado, que inspiró la artería cubana que va desde Parque Central al Malecón, la que tantas veces ha recorrido esta reportera de la vida real, una de las mejores plumas digitales que ha desentrañado cómo la decadencia de la revolución afecta la vida de sus ciudadanos.
Si alguien ha sabido narrar la complejidad del país caribeño, esa es Luz Escobar, a quien le gusta repetir una de las frases favoritas de su padre (Reinaldo Escobar, jefe de redacción de 14ymedio): «Si entendiste rápido lo que es Cuba, no entendiste nada». La famosa singularidad cubana, «una dictadura del siglo XIX, porque ni siquiera del XX, eso se quedó pasmado» que «aterra» a Escobar, pero que con tanto talento ha logrado describir.
PREGUNTA. Un día antes de salir de Cuba tuiteó una foto realizada desde la ventana de su casa, en la que aparece el famoso lema castrista de «Patria o muerte», combatido hoy por el «Patria y vida» de los rebeldes
RESPUESTA. Frente a mi casa está el Ministerio de Transportes. Cuando me siento en el sofá el pedazo de cartel que se ve por la ventana es con la palabra muerte. Esto ya es demasiado, repiten lo mismo y lo mismo.
P. ¿Siente ya el sabor de la libertad en Madrid?
R. Es una cosa un poco rara, pero yo pago el precio de comportarme como una persona libre en Cuba. Te quitan la libertad porque actúas como una persona libre y yo me siento libre. Lo pago con un tipo que se para en la puerta de mi casa, con arrestos arbitrarios, con persecución, con hostigamiento… Ese es el precio que estoy pagando por ser libre. Conozco el sabor de la libertad y he pagado un precio por él.
Pero es criminal tener que pagar un precio por la libertad, algo tan básico.
El gobierno cubano se maneja mejor en el terreno de la hostilidad que en el de las ideas
PREGUNTA. En la isla han vivido un verano de apagones constantes, con protestas, con mayor represión, con los precios disparados y con una nueva ola migratoria.
RESPUESTA. Esta es la rutina de nosotros. Estamos acostumbrados a que nos impongan cosas desde hace 60 años, acostumbrados a vivir en una sociedad en la que se dicta el destino de cada cubano. El punto en el que estamos ahora es que todo esto converge en una crisis que no tiene precedentes, que toca cada punto de la sociedad. Cuba ha vivido otras crisis, igual de agudas e incluso peores, pero que no abarcaban todos los puntos de la sociedad, porque eran épocas en las que sectores económicos estaban caóticos pero conservaban un sistema educacional, un sistema de salud… Pero éste no el caso hoy, ya no hay garantía de que tus hijos vayan a la escuela, de que vayas a un hospital y te cures. Todo esto ha generado una incertidumbre muy grande en la sociedad y por eso están emigrando…
P. Más de 200.000 desde el estallido social del año pasado…
R. Sin precedentes, comparada con las peores crisis migratorias que hemos tenido. Vas a ver a alguien que viste ayer, que ocupa un puesto muy válido, el doctor que tiene que asistir un paciente, el abogado que hace un trámite, y ya no están.
P. El «Todos se van» que describió la escritora Wendy Guerra…
R. Exactamente, es una constante. Pero ahora es en todos los niveles de la sociedad, todo el mundo busca la manera de irse: el que tiene dinero se compra el pasaje y se va, el que no tiene dinero vende su casa, el que no tiene casa busca una alternativa… Es increíble. Los que no ven un chance por ningún lado se tiran al mar en una balsa. La travesía por tierra, cuando se compran un pasaje a Nicaragua, también es muy dura, una estafa absoluta porque antes costaba 400 dólares y ahora cuesta 4.000 dólares el avión a Nicaragua.
P. Estados Unidos acaba de cerrar su frontera con México a los venezolanos y en círculos cubanos se teme que suceda algo parecido.
R. De hecho, varias fuentes aseguran que también se habló de que los cubanos corrieran la misma suerte. Todavía parece que dentro de la política estadounidense hay ciertos agentes de influencia que han logrado mantener el estatus. Muchas personas temen que eso vaya a ocurrir, pero es tan efervescente el sentimiento de irse que el apuro que tienen no está marcado por una agenda extranjera. El apuro que tienen está marcado por el país que están viviendo.
¿Y Luz Escobar no ha pensando también en irse?
Yo llevo ocho años haciendo periodismo en Cuba, en 14ymedio. Antes lo hacía para mi blog. Cuando empecé a trabajar en el diario (dirigido por Yoani Sánchez), yo tenía la esperanza de que la sociedad civil y el periodismo independiente pudiéramos articular herramientas y fuerzas para conseguir lo que todos queremos: una Cuba democrática, una Cuba plural, en la que todos tengan espacio y voz. Esa era mi esperanza, pero cambió el 11 de Julio. ¿Por qué? Hasta entonces habíamos vivido la efervescencia del 27 de noviembre (histórico plantón ante el Ministerio de Cultura), todo lo que pasó con el Movimiento San Isidro, con Archipiélago… Pero el 11J fue apagando esa esperanza de que una articulación ciudadana pudiera tener un reflejo en las calles, porque el reflejo en las calles llegó sin articulación ciudadana y fue apagado por la represión del gobierno a golpes, a palos, con disparos, largas condenas, incluso la muerte. El malestar era tan grande que se reflejó en las calles con miles de personas en un hecho inédito, la protesta más grande que ha tenido Cuba en 60 años. Desde entonces, salir de Cuba es algo que tengo en mi horizonte. No tengo ningún apuro por volver a Cuba. La situación es caótica, no sólo para hacer periodismo, porque siempre hemos hecho periodismo en situaciones de extrema contingencia. Sobre todo para la vida cotidiana y para el activismo que pueda cambiar la sociedad. No sólo queremos cambiar al presidente Miguel Díaz-Canel, queremos que cambie el sistema, que es lo que tiene al país sumido en la miseria.
P. Usted ha estado apresada en su propia casa, con agentes apostados en el exterior para impedir que saliera a la calle.
R. Ha sido duro, porque primero cambia tu lógica de trabajo, te impide ver las cosas por tus propios ojos. Pero desde el punto de vista personal es agobiante, porque mis hijas también lo sufren. Por ejemplo, mi hija Paula cumple años el 9 de diciembre, un día antes del Día de los Derechos Humanos, una fecha de represión para el gobierno. Desde el 9 me ponen vigilancia y Paula se queja de que ella nunca ha podido celebrar su cumpleaños en la calle, como sí ocurre con su hermana, que vamos a una heladería o a comer. En la casa celebramos con un cake (tarta), que está bien, pero ella se queja de eso, de que porqué la parí un 9 de diciembre. Mis hijas han aprendido incluso a regañarme porque me dicen que lo que tengo que hacer es pasar por arriba de ellos porque dicen que no son mis padres. Yo les explico que esos son personas del gobierno que no quieren que haga mi trabajo porque les pongo en evidencia, y como no les gusta ellos se ponen ahí. Yo no les desnudo, aunque ellas lo puedan sentir, todo lo humillante, como coartan mis derechos humanos. Ellas se sienten violentadas.
Hemos pasado por todo, pero nos hemos mantenido.
(Las dos hijas de Luz, 15 y 12 años, llevaban muchos días tratando de tomarse un batido de helado, algo casi imposible hoy en La Habana por culpa de los apagones y la escasez. Ya en Madrid disfrutaron ambas de su batido con crema, mientras alucinaban con la amplitud de la oferta para escoger).
PREGUNTA. En 14ymedio viven en el ojo de huracán de forma constante. ¿Cómo se siente trabajando en su redacción?
RESPUESTA. Es un trabajo apasionante. Hemos crecido y hemos mantenido nuestros objetivos, contar lo que pasa en Cuba pegándonos a la gente que de verdad está viviendo, no de los privilegiados del Partido Comunista. Es reconfortante estar de su lado, la sintonía con el cubano, ser un eco de lo que pasa en la calle. Y hemos pasado por todo, empezar sin Internet, luego los datos móviles y te los quitaban. Pero nos hemos mantenido, tenemos incluso corresponsales en provincias.
P. Hace unas horas leía en 14ymedio que de nuevo hay colas enormes en La Habana para comprar compresas…
R. Yo hice un reportaje de eso en 2016, se repitió en 2018 y siempre dicen lo mismo: que si no llega la materia prima, que si tal y cual. Por favor, usted es ineficiente y punto.
P. Desde parte de la oposición y la disidencia se critica al gobierno de Madrid y a la Unión Europea (UE) porque no son suficientemente duros con La Habana.
R. El gobierno cubano se maneja mejor en el terreno de la hostilidad y de la confrontación que en el de la democracia y las ideas, como se demostró con el deshielo de Obama. Creo que hay que cambiar las cosas cuando no son exitosas. Muchas personas lo definen como oxígeno a la dictadura, pero yo creo que esto tiene que ver con cosas vitales, como comida, ropa, Internet… La vida me ha demostrado que a ellos los puedes tener en la lona pero siempre van a encontrar cómo sobrevivir porque están acostumbrados a eso. Hay que tratar que ocurran cosas en Cuba y no cerrarla. Cerrarle la puerta a Cuba es cerrarle la puerta a los cubanos.
P. En Madrid y España se va a encontrar con compañeros de lucha, como las activistas Carolina Barrero y Salomé García Bacallao, o el dramaturgo Yunior García Aguilera.
R. Muchos cubanos han encontrado refugio en Madrid y en Miami, no sólo de la represión, también de las heridas. Es positivo darse un aire y recuperarse.
El Mundo