Por ESTHER MUCIENTES @emucientes Madrid
Madrid, España.- Corría el año 1787 cuando Edmund Burke, un escritor, orador y político anglo-irlandés muy influyente en aquella época acuñaba durante uno de sus discursos en la Cámara de los Comunes el término «cuarto poder». Hasta entonces los poderes de la sociedad eran un trípode. Burke señalaba a las tribunas donde se sentaban los tres poderes del Parlamento: los Lores Espirituales (representantes de la iglesia), los Lores Temporales (la nobleza) y los Comunes (los políticos). A continuación alzó su mano y la vista y señaló a la tribuna donde estaban los periodistas: «Ahí se sienta el cuarto poder».
Aunque Burke no se refería a un poder específico sino al lugar que ocupaban en el Parlamento británico, fue la primera vez que la prensa adquirió un papel que hasta entonces nadie le había dado. El valor real de aquel término llegó muchos años después.
Fue el historiador Thomas Macaulay el que constituyó la frase «el periodismo es el cuarto poder». Aquella frase vinculando a la prensa con el poder y atribuyéndole el cuarto rango generó tanta fortuna que, nacida y próspera durante todo el siglo XIX, navegó triunfal por el XX. Y se quebró en XXI, ¿o no?.
La aparición de las fake news, la polarización instaurada en la sociedad, la falta de credibilidad han situado la famosa frase en una posición cada vez más débil. Sin embargo, pese a esa imagen de astenia y crisis de los medios de comunicación, todavía se puede seguir acuñando la frase de Macaulay.
Así lo refleja el Estudio sobre pautas de consumo y de información realizado por la Fundación BBVA, que concluye que la mayoría de los españoles reconoce «el papel fundamental de los medios para entender la actualidad, orientar la toma de decisiones y controlar al poder político».
El informe, realizado mediante encuesta a una muestra de 2.000 personas representativa de la población española, ha examinado no sólo la imagen que tienen los ciudadanos de los medios de comunicación, sino también la confianza que les generan.
Aún así, advierte de que «la percepción claramente positiva que tienen la mayoría de los ciudadanos sobre la función social e institucional de los medios no impide que coexista con una visión crítica» en lo que se refiere a su contribución a «la polarización política de la sociedad, y sobre su independencia de intereses políticos y empresariales».
Con independencia del amplio uso de Internet como canal de seguimiento de la actualidad (un 53% consulta exclusivamente periódicos digitales), el informe es muy revelador, ya que muestra que los medios con contenidos exclusivamente digitales, sin vinculación con medios de comunicación convencionales, no obtienen el mismo nivel de credibilidad y confianza que consiguen los periódicos -tanto los impresos como los digitales que cuentan también con ediciones en papel-, la radio y la televisión.
De hecho, la confianza que los españoles siguen depositando en los medios de comunicación pese a «los peligros del periodismo», es muy importante para explicar el papel fundamental que los españoles siguen otorgando a los medios: para los ciudadanos la principal labor de los medios es ser «los vigilantes de los decisores públicos». «La mayoría de los ciudadanos sigue reconociendo la función social e institucional de los medios como control del poder político», revela el estudio.
Esto, a su vez, explica también el amplio interés de los ciudadanos por la información de actualidad. Existe un consenso muy generalizado entre los españoles sobre la importancia de estar informado (un 75% de los encuestados lo califica como «muy importante»). Los españoles quieren y necesitan estar informados, y no es precisamente la política lo que más interés les genera. Los temas sociales (83%), salud (81%), educación (79%), asuntos locales (77%) y medio ambiente (74%) constituyen los temas que más nos atraen. La política (68%), la seguridad y delincuencia (67%) o la economía (58%) se sitúan a mitad de tabla, mientras que las noticias sobre los famosos generan el menor interés, un 21%.
LA IRRUPCIÓN DE INTERNET
¿Y qué pasa con los medios tras la irrupción de Internet? El posible daño al periodismo de estas nuevas formas de comunicación es casi una constante en cualquier análisis sobre el futuro de los medios convencionales. Desde que la World Wide Web llegó a los hogares como un miembro más de la familia, el debate está encima de la mesa. Internet constituye hoy un espacio central en el seguimiento de la actualidad, tanto como vehículo de los medios convencionales como de contenidos exclusivamente digitales. El mayor peso lo tienen las redes sociales, según expone el estudio: el 61% de los encuestados declara que es su principal vía de información sobre la actualidad. Además, más de un tercio de la población consulta otros sitios de Internet como los agregadores de noticias (36%) y los blogs (34%).
Al poner el foco sobre el uso de las redes sociales, de nuevo, los resultados del estudio reflejan cómo los medios convencionales se han adaptado no sólo al avance progresivo de la digitalización y a la continúa transformación, sino también a los formatos de este canal. Es decir, los medios de comunicación «mantienen una importante influencia entre los ciudadanos», y esto se produce porque las plataformas sociales «funcionan también como vehículo para el vínculo de la sociedad con esos medios convencionales y con grupos profesionales propios del mismo, que gozan de mayor confianza».
Aunque pueda sorprender, sí, la sociedad española sigue confiando en los periódicos, en la radio y en la televisión porque «su nivel de confianza no obedece tanto al canal de acceso en sí mismo, sino a quién genera y respalda la información en cada caso». Los medios convencionales aprueban así en credibilidad e influencia. El estudio no deja duda: la mayoría de los españoles considera que la información transmitida por estos medios es «objetiva y veraz», con una nota medía de 5,1 sobre 10, frente al 3,9 otorgado a la información transmitida por las redes sociales.
EL MUNDO