Wellington, Nueva Zelanda.- Basta con darse una vuelta por las ruedas de prensa y las zonas mixtas del Mundial de Australia y Nueva Zelanda para darse cuenta. La mayoría de los periodistas son mujeres. Además, la estadística desvela dos datos reveladores: la juventud -en muchas ocasiones- de las profesionales y su rol.
Respecto al primer aspecto, las responsables -que también, en su mayoría, son mujeres- que FIFA tiene en cada estadio para velar por el cumplimiento de las normas y por el bienestar de los periodistas, están de acuerdo. Muchas de ellas, que han estado en los dos Mundiales -Catar y Australia y Nueva Zelanda- notan a la legua la diferencia. Además, también destacan la edad de los periodistas, tanto hombres como mujeres y, en su mayoría, jóvenes. “Mira, mira”, presume una de ellas mientras compara una foto de la tribuna de prensa de uno de los partidos del Mundial masculino de fútbol de Catar con una del actual, poblado de mujeres.
De estar delante de las cámaras a estar detrás
“Había bastantes presentadoras y locutoras, pero muy pocas redactoras”, detalla Kathryn Batte, periodista del Mail Sport, uno de los medios deportivos más populares del Reino Unido. Batte cubrió el Mundial de Catar y, ahora, sigue los pasos de la selección inglesa en su aventura en la copa del mundo. Además, sabe de lo que habla: “En el Mundial masculino, no seguía directamente a la selección, hacía más piezas de color, con los fans, etcétera”, explica.
Unas palabras que refuerzan el cambio de rol de la mujer periodista en un Mundial y en otro. Mientras que en Catar la mayoría de las periodistas desempeñaban su papel delante de las cámaras, en Australia y Nueva Zelanda, además, llevan el peso de la información y son las cabezas visibles de sus medios de comunicación. “Pienso que todavía es bastante difícil para las redactoras cubrir el fútbol masculino porque las personas que lo hacen llevan mucho tiempo haciéndolo y -durante mucho tiempo- esos espacios han estado reservados para los hombres”, analiza.
Lo mismo sucede con nuestra compañera de Relevo, Mayca Jiménez, que estuvo en ambos Mundiales. “La diferencia es notable. En Catar, costaba muchísimo encontrar a mujeres y la mayoría trabajaban para la televisión. En cambio, aquí pasa al contrario. Es una gran oportunidad para nosotras, es como un espacio seguro, por decirlo de algún modo”, señala.
Un alto porcentaje de mujeres: España, Inglaterra, Suecia…
En el caso de Inglaterra, entre el 70% y el 80% de los periodistas que están cubriendo el Mundial son mujeres. Lo mismo sucede en España, donde hay una mayoría de mujeres, tanto en prensa escrita como en la radio y en la televisión. Pero hay más: Portugal, Países Bajos, Suecia… Respecto a Noruega, el porcentaje disminuye -ligeramente- al 50%.
Pedro Barata, periodista de Expresso -un medio portugués-, nos cuenta que en en las antípodas cuatro de los 10 periodistas que han venido a cubrir la actualidad de la selección lusa son mujeres. Si bien es cierto que no son la mayoría, tan cierto es que la diferencia respecto al Mundial de Catar es notable. Allí, eran unos 30 periodistas y tan sólo había dos mujeres.
El caso de Costa Rica, uno de los rivales de España en la fase de grupos, también es significativo. Ningún medio costarricense ha viajado a Nueva Zelanda a cubrir el campeonato, tan solo hay un periodista que seguía -porque han sido eliminadas- sus pasos. Y era una mujer, Natalia Álvarez, que trabaja para la ESPN.
Por supuesto, que esto no quiere decir que el fútbol femenino tan sólo sea para las mujeres periodistas o que esté reservado para ellas. Y el mejor ejemplo es Estados Unidos. Las ruedas de prensas de las yankees están llenas de periodistas: hombres y mujeres. El porcentaje de unos y otros es similar y -normalmente- los profesionales que cubren el fútbol femenino son los mismos que siguen la actualidad del combinado nacional masculino.
Una vez más, el Mundial Femenino se convierte en el escaparate del cambio. Y sigue formando -y creando- referentes más allá de los terrenos de juego.
Periodista y creadora de contenido, no tienen por qué estar reñidos. Colgué las botas a los 23. Especialista en fútbol. Os diría que soy especialista en fútbol femenino, pero prefiero decir que soy especialista en fútbol, sin el apellido.