De arquitecto a periodista, Carlos Eduardo Huertas ha sido pieza fundamental en la construcción de lo que él llama “la vibrante ciudad latinoamericana del periodismo”.
Durante más de una década, Huertas ha impulsado el periodismo colaborativo transnacional en Latinoamérica con Connectas.
A través de esta iniciativa, se han publicado cientos de investigaciones a pesar de las condiciones adversas de la región (violencia, crimen organizado, bajos salarios, poco acceso a la información, etc.) y el equipo ha recibido al menos 85 premios a su excelencia periodística.
Entre esos reconocimientos se incluye el entregado el pasado 18 de octubre, en la ciudad de Nueva York, por la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia. Huertas fue seleccionado este año como uno de los medallistas de oro del Premio Maria Moors Cabot, los premios internacionales de periodismo más antiguos del mundo.
“Huertas ha cultivado un método periodístico con el que ha fortalecido las habilidades de cientos de colegas en la región. Este acercamiento está reflejado claramente en el periodismo excepcional que se encuentra en Connectas”, dijo el jurado durante el anuncio de los ganadores.
Junto a Huertas también fueron galardonados con la medalla de oro June Carolyn Erlick (ReVista- The Harvard Review of Latin America), Joshua Goodman (Associated Press) de Estados Unidos y Alejandra Xanic (Quinto Elemento Lab) de México.
Miguel Mendoza (periodista independiente), Nicaragua, y Nayeli Roldán (Animal Político), México, recibieron menciones especiales.
“Lo primero que uno se pregunta a la hora de recibir una noticia de estas es si uno se lo merece”, dijo Huertas a LatAm Journalism Review (LJR) sobre el momento en que se enteró del premio. Para él, no solo ha sido un momento de mucha emoción sino una oportunidad de introspección.
En conversación con LJR, Huertas habló sobre su participación exponiendo verdades ocultas en Latinoamérica, sobre las características que debe tener el buen periodismo y también del futuro de la profesión.
“Creo que la región y los tiempos que estamos viviendo demandan un periodismo que llame a las cosas por su nombre y reivindique los derechos y las necesidades de los más vulnerables”, dijo.
A continuación, la entrevista con Carlos Eduardo Huertas, que ha sido editada para mayor claridad y concisión.
1. Eres el colombiano número 24 en recibir un reconocimiento en los Premio Cabot. ¿Cómo te sientes al recibir este premio?
Carlos Eduardo Huertas: Sin duda, a mayores reconocimientos, pues hay mayores responsabilidades.
Los que han tenido la oportunidad, y el honor, de antecederme en este reconocimiento son colegas de trayectorias muy destacadas. El recibir este premio, el reconocimiento internacional más antiguo del periodismo, les ha ayudado a tener una mayor visibilidad e impulsar sus carreras. En mi caso, creo que al reconocer mi trayectoria lo que se está es destacando la manera cómo hemos abierto un camino que deja huella y que consolida un método que genera transformaciones y abre oportunidades, ese creo que es su principal valor.
El día que recibí la llamada fue de mucho entusiasmo. Lo primero que uno se pregunta a la hora de recibir una noticia de estas es si uno se lo merece. Es un ejercicio privado que hay que hacerse. Así lo mencionó en su momento un latinoamericanista que se llama Malcolm Deas cuando recibió un Honoris Causa y recordé lo mismo: ver si en efecto se tienen los méritos para una distinción de esta categoría y, bueno, la gran cantidad de genuinos, generosos y cálidos saludos que se activaron con la noticia, pues son un buen indicador de que vamos avanzando por un buen camino y eso nos reconfortó bastante.
2. Connectas ha publicado cientos de investigaciones y ha recibido al menos 85 premios como reconocimiento a su excelencia periodística. Esto, a pesar de las condiciones adversas en Latinoamérica: violencia, crimen organizado, bajos salarios, poco acceso a la información, etc. ¿Por qué has insistido durante tantos años en el periodismo de investigación en la región?
El periodismo de investigación nunca ha tenido un camino de rosas. Exponer verdades que buscan ser ocultadas por alguien que tiene poder para ocultarlas, pues obviamente genera retos. La diferencia es que hoy el oficio se practica en un entorno más complejo donde los cambios en la industria y en cómo fluye la información impone nuevos desafíos. En el reciente libro de Martin Baron, el de Colisión de Poder, en el epílogo se hace un llamado a los periodistas de Estados Unidos para que miren la tenacidad, la valentía, la capacidad e incluso el buen humor con el que se hace periodismo en América Latina. Eso es bien emocionante también. La obsesión que tenemos nosotros es porque se puede hacer un periodismo más reposado, que piense y que tenga más en foco las transformaciones y no sucumba ante las métricas de las audiencias, un periodismo de utilidad que privilegie los hechos sobre las especulaciones y sobre los adjetivos.
3. En varias entrevistas has hablado sobre la importancia de seguir fomentando “un buen periodismo”. ¿Qué características tiene el buen periodismo?
Sumado a lo que ya he dicho, aquí quisiera parafrasear a María Ressa, que es premio Nobel, por su trabajo periodístico. Ella en su libro Cómo luchar contra un dictador habla de un buen periodismo, que no es pusilánime frente al abuso del poder, sino que lo pones en su sitio, a la par que reivindica el derecho de las víctimas. Me identifico con esa postura. Creo que la región y los tiempos que estamos viviendo demandan un periodismo que llame a las cosas por su nombre y reivindique los derechos y las necesidades de los más vulnerables.
4. Algunos tenemos la percepción de que el periodismo como lo conocemos está muriendo (cierre de BuzzFeed, National Geographic, etc.), pero no parece claro hacia dónde se dirige o cuál es el camino a seguir. ¿Cómo ves el futuro del periodismo?
Obviamente no hay una bola de cristal para tener claridad sobre ese futuro. Lo que veo son cambios muy dramáticos en la industria y cambios muy dramáticos en la forma de hacer el oficio, pero estos pueden ser o positivos o negativos según cada periodista o cada organización los asuma.
Los cambios en la industria fundamentalmente rompen o resquebrajan el modelo de negocios que había y hace que se vuelva muy difícil encontrar unas fórmulas de sostenibilidad bajo la vida comercial. No imposible, pero muy difícil. Sin embargo, reivindica el periodismo en su función social y por esa vía puede encontrar una mejor conexión con sus audiencias o con otros sectores.
Por ejemplo, en la filantropía, para lograr soportar en maneras mucho más modestas de lo que fueron las grandes industrias periodísticas del siglo pasado. Pero soportar el quehacer de un buen periodismo, de un periodismo independiente. Creo que ahí está un poco el truco del asunto, es lograr empatar el trabajo que hacemos con utilidad social y los intereses de sectores, incluyendo nuestras audiencias que están interesadas en un periodismo que sirve.
Y en la práctica creo que llegan múltiples herramientas, como han estado siempre, y cada vez más presentes. Pero, como mencionaba anteriormente, la idea es que no se sucumba ante la “imposición” o las olas que vienen de entusiasmo con el uso de las tecnologías, sino que predomine la calidad y la capacidad periodística. Y cómo el periodista tiene habilidad para utilizar esas nuevas tecnologías, esos nuevos recursos, para seguir haciendo un periodismo que indaga, cuestiona, confronta, verifica y difunde de manera honesta, independiente de los hechos.
5. Y ya que hablamos de futuro, ¿cómo ves tu futuro dentro del periodismo?
Comenzamos esta conversación hablando sobre cómo el Premio Cabot me estaba reconociendo una trayectoria de abrir camino, dejar huella, consolidar un método, generar transformaciones y abrir oportunidades. Creo que mi futuro va a seguir siendo igual: seguir pedaleando para que eso se pueda mantener y, en el caso de Connectas, será seguir apoyando a la región.
Por Katherine Pennacchio
Latam Journalism Review