Por AGUSTINA HEB
Aunque las “fake news” no son un problema nuevo, la aceleración tecnológica de los últimos años dio lugar a nuevas formas de manipulación de la información. ¿Qué es y cómo opera la desinformación en nuestras sociedades actuales? ¿De qué manera afecta al periodismo y a los lectores de noticias? ¿Qué estrategias se utilizan hoy desde los medios para combatirla? ¿Qué rol juegan las redes sociales y las plataformas digitales en las contiendas electorales? ¿Y qué acciones desinformativas se ejecutan en torno a los procesos migratorios, la salud y el calentamiento global? ¿Cómo la inteligencia artificial puede ayudar en la tarea de contrarrestar la difusión de mentiras y de los relatos desinformantes?
Las respuestas a estos interrogantes fueron reunidos en una guía didáctica que busca ser un insumo para periodistas y redacciones de medios, así como también para profesores y estudiantes de periodismo que quieran interiorizarse en la problemática de la desinformación.
Titulada “Desinformación al descubierto. Aprendizajes, retos y recomendaciones”, la guía gratuita fue elaborada entre la Fundación Gabo, de Colombia, y Proyecto Desconfío, de Argentina, a partir de una selección de lo sucedido en la edición 2023 de la Cumbre Global sobre Desinformación, en la que se presentaron ponencias, análisis y rondas de proyectos que dejaron pistas sobre cómo encarar este fenómeno que impacta en muchos ámbitos.
“Este esfuerzo conjunto entre la Fundación Gabo y Proyecto Desconfío aspira a acercar lineamientos y recomendaciones para poner freno a la desinformación y propiciar un ecosistema digital más sano”, precisan desde las dos organizaciones que trabajan en América Latina.
“Con un enfoque que abarca desde el papel de las redes sociales en la propagación de la desinformación hasta el uso responsable de la inteligencia artificial en el periodismo, esta guía se erige como un recurso indispensable para periodistas, académicos y ciudadanos preocupados por la fiabilidad de las noticias”, destaca la periodista Guadalupe López, a cargo de la edición y coordinación de la guía desde Proyecto Desconfío.
En sus 38 páginas, este manual digital “propone una conversación escéptica pero esperanzadora a través de los análisis aportados por los invitados e invitadas a la Cumbre, de los ejemplos de buenas prácticas y de las iniciativas de proyectos especializados que se presentaron en las dos jornadas del evento”, como dice su introducción.
Los ocho capítulos de la guía, que ofrecen claves o alternativas para encarar cada problema, abordan los siguientes puntos:
1. ¿De qué se habla cuando se habla de desinformación? Un análisis de cómo actúa la desinformación, quiénes la producen y quiénes son más vulnerables a ella.
“Más allá de darnos alertas sobre la desinformación, la guía también nos ayuda a entender cómo funciona la desinformación. A veces la ciudadanía en general desconoce muchísimo qué hay detrás de todo esto y el ‘cómo’ nos permite entender cómo diseñar estrategias contrarresten o mitiguen los efectos de la desinformación”, resalta Iván Cárdenas, gerente de Educación y Ciudadanía de la Fundación Gabo.
2. Redes sociales y desinformación electoral. Cómo se desinforma en un escenario electoral y qué estrategias pueden llevarse a cabo para dar solución a este problema decisivo en nuestras democracias.
3. Periodismo para desenmascarar la desinformación. Proyectos que desenmascaran estrategias desinformativas; se analiza y se revela cómo trabajan empresas multinacionales encargadas de desinformar.
“Desde el análisis de la desinformación en el ámbito electoral hasta estrategias para construir confianza en el periodismo, esta guía proporciona herramientas valiosas para comprender, combatir y desenmascarar la manipulación informativa en nuestras democracias”, señala Adrián Pino, periodista argentino especializado en análisis de datos y desinformación y director ejecutivo de Proyecto Desconfío.
4. Estrategias para construir confianza en el periodismo. ¿Por qué ha crecido la desconfianza en el periodismo y en los medios periodísticos? ¿Cómo podemos renovar la confianza de los lectores y las audiencias?
“En tiempos donde la confianza en los medios se ve amenazada por la proliferación de noticias falsas, ‘Desinformación al descubierto’ no solo ofrece un análisis exhaustivo de las narrativas desinformantes, sino que también destaca la importancia crucial del trabajo de verificación y la colaboración entre diversos actores para combatir este desafío de escala global”, subraya Guadalupe López.
5. Inteligencia artificial y periodismo. En medio de un horizonte tildado de apocalíptico, la inteligencia artificial puede emplearse no como enemigo sino como aliado del buen periodismo.
En ese sentido, el argentino Carlos Lauría, recién incorporado a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y uno de los moderadores de la Cumbre, señala que las herramientas de la IA son importantes en la lucha contra la desinformación, dado que “ofrecen soluciones rápidas, escalables y consistentes para combatir la información falsa”.
6. Las imágenes y su procedencia. Como en la tabla con información nutricional de un alimento, es crucial conocer la procedencia de las imágenes y las piezas audiovisuales.
7. Narrativas desinformantes. Redes de desinformación en el mundo digital, bulos sobre el cambio climático y desinformación en temas de diversidad: ¿cómo operan y cómo se desenmascaran estas narrativas desinformantes?
8. La difusión de contenidos verificados. El trabajo de chequeo es un aspecto fundamental –diario– para el periodista, pero debe ir aparejado de estrategias para llegar a los canales de los lectores con la información precisa.
Ante este reto, en la guía se hace hincapié en que “una estrategia para extender la información verificada y de calidad debe contemplar el uso de las herramientas y plataformas digitales, pero también de los canales que utilizan las audiencias en los lugares donde se quiere llegar, como WhatsApp”.
Extender la guía a los espacios de formación de los futuros comunicadores
La existencia de desiertos informativos y de flujos de información sospechosa le añaden una cuota de complejidad a la lucha contra este fenómeno global que significa la desinformación. Es por eso que la guía “Desinformación al descubierto. Aprendizajes, retos y recomendaciones” pone énfasis en las acciones de verificación, que “son cruciales para que el buen periodismo y la información veraz siga encontrando su lugar entre los lectores y la ciudadanía”.
Su contenido, así como las organizaciones que hicieron posible este material, subrayan la importancia del conocimiento, las alianzas y la formación digital en la tarea de contrarrestar la difusión de mentiras y de los relatos desinformantes.
De ahí que extender estos conocimientos a la instancia de formación es otro propósito de la guía.
“Aspiramos que esta guía circule entre profesores y estudiantes de periodismo de América Latina. Entendemos que hace falta profundizar los abordajes sobre la dinámica de la desinformación y el rol del periodismo en las universidades que están formando a los futuros comunicadores. Nos encantaría presentar este material en todas las universidades que estén dispuestas a introducir esta temática”, plantea Pino.
Un tema crucial que trasciende el abordaje desde los medios de comunicación
Sin dudas, el aporte del periodismo resulta fundamental en la construcción de una ciudadanía más activa y mejor informada. Aunque el escenario actual evidencia que entender la desinformación no es algo que se combate exclusivamente desde el periodismo.
En ese sentido, la guía también incluye la declaración final de la III Cumbre Global sobre Desinformación, en la que se anotan diez puntos fundamentales para combatir la desinformación en el mundo actual. “En ellos se resalta la responsabilidad de los gobiernos a la hora de impedir prácticas que promuevan la circulación de mentiras, creando mecanismos para desalentar la propagación de falsedades, pero sin restricciones o injerencias en el trabajo de medios y periodistas”, señalan desde la Fundación Gabo y Proyecto Desconfío.
“El fenómeno de la desinformación tiene que llamar a convocar a los Estados, a los tomadores de decisiones en cuanto a políticas públicas y presupuestos, así como también a las grandes plataformas tecnológicas”, propone Cárdenas. Y enfatiza: “La desinformación tiene que ser un tema crucial en la educación de toda América Latina, entendiendo la educación como un derecho de toda la ciudadanía sin importar el rango de edad ni su condición sociocultural o económica”.
Es que, según Cárdenas, “la manera de trabajar o de mitigar los efectos de la desinformación es entendiéndolo como una apuesta de educación integral y dirigida a toda la ciudadanía, sin importar rangos de edades o condiciones socioculturales o socioeconómicas”. “Es entender que esto les afecta a los más niños, pero también a las personas de tercera edad. Por supuesto, las estrategias de formación cambian dependiendo las edades y las situaciones. La desinformación tiene que abordarse desde distintos ángulos”, sostiene el gerente de Educación y Ciudadanía de la Fundación Gabo.
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