Por Ana Lacasa
Los medios de comunicación tienen el poder de informar de lo que acontece en el mundo, pero al elegir lo que cuentan, cómo lo cuentan y dónde lo cuentan, también tienen poder para crear opinión pública. No en vano al periodismo se le llama, desde hace años, el cuarto poder. Ahora, este poder se ha trasladado a la Red de redes, Internet, que ha favorecido que cualquier persona, en cualquier parte del mundo, pueda acceder a información publicada al otro lado del océano, siempre y cuando el país donde se encuentre no tenga sistemas de censura importantes, como puede ocurrir en China u otros países.
Es allí, en Internet, donde los medios de comunicación juegan un papel muy importante a la hora de transmitir información, interpretaciones y narrativas que influyen en cómo percibimos el mundo que nos rodea y en nuestras opiniones sobre los acontecimientos que tienen lugar a nivel local, nacional e internacional.
Los medios de comunicación tienen una influencia significativa en la opinión pública debido a su capacidad para seleccionar, presentar y contextualizar la información que llega a las audiencias. Cada plataforma, desde los periódicos impresos hasta las redes sociales y los medios digitales, tiene su propio alcance y forma de impactar en la percepción de la realidad.
Uno de los conceptos clave en la comprensión del papel de los medios en la construcción de la opinión pública es el de la «agenda setting«. Este concepto sugiere que los medios tienen el poder de influir en la importancia que se otorga a ciertos temas al ponerlos en primer plano de la agenda mediática. A través de la selección de noticias y la atención prestada a ciertos temas, los medios pueden influir en qué aspectos de la realidad son considerados prioritarios por la audiencia. Así, un medio puede poner en la palestra algo que normalmente no se contaría. De hecho, hay algunos medios españoles que tienen entre sus principios, o en sus costumbres, publicar noticias relacionadas con enfermedades raras o con un problema minoritario, para así dar voz a los que, por diversos motivos, no pueden alzarla como querrían, y así darles una oportunidad de contar su historia y conseguir, por ejemplo en el caso de las enfermedades raras, una mejora en la investigación sobre dicha patología.
Otra manera de influir en la opinión pública es a través del framing. Los medios presentan los hechos de una manera particular, utilizando marcos interpretativos que pueden influir en cómo las personas entienden y reaccionan a la información. Por ejemplo, un mismo hecho puede ser presentado como un problema grave o como una simple anécdota, dependiendo del marco utilizado. Por eso siempre hay que tener presente dónde se está leyendo esa información y saber que ese medio de comunicación puede tener una tendencia ideológica concreta, a pesar de que pueda ser muy veraz y competente.
Los medios también pueden activar ciertas asociaciones en la mente de las personas al dar más importancia a ciertos aspectos de un tema. Esto puede influir en cómo las personas interpretan la información nueva y en cómo juzgan a los actores políticos y sociales.
En algunos casos, los medios pueden ser utilizados para difundir propaganda, es decir, información sesgada o falsa con el objetivo de manipular la opinión pública. Por eso hay que tener cuidado a la hora de consumir cualquier tipo de información y si algo nos chirría, dudar y consultar las fuentes más fiables u otros medios de comunicación.
Y es que es importante tener en cuenta que los medios de comunicación no son monolíticos y que existen diferencias significativas entre ellos en términos de enfoque editorial, línea ideológica y audiencia objetivo. En un entorno mediático diverso, es posible encontrar una amplia gama de opiniones y perspectivas sobre cualquier tema dado, lo que contribuye a enriquecer el debate público y a promover la pluralidad de puntos de vista.
Con la llegada de internet y las redes sociales, el papel de los medios de comunicación en la construcción de la opinión pública ha experimentado cambios significativos. Ahora, cualquier individuo puede convertirse en un generador de contenido y participar en el proceso de difusión de información a través de plataformas digitales. Esto ha dado lugar a un panorama mediático más fragmentado y descentralizado, en el que la veracidad de la información y la proliferación de noticias falsas representan nuevos desafíos para la construcción de una opinión pública informada y crítica.
La pregunta que nos hacemos todos es si los medios, en la actualidad, son objetivos. Y la respuesta es compleja. Si bien los periodistas tienen la obligación de ser objetivos y veraces en su trabajo, la realidad es que los medios están sujetos a una serie de presiones e intereses económicos, políticos e ideológicos que pueden influir en su cobertura.
Hoy en día, además, hay un debate sobre el poder que tienen los medios de comunicación para influir en la opinión pública. Algunos argumentan que los medios son demasiado poderosos y que pueden manipular fácilmente a la población, mientras que otros sostienen que el público tiene la capacidad de ser crítico con la información que recibe y de formarse sus propias opiniones.
Para evitar ser manipulados por los medios, es importante que seamos consumidores críticos de la información. Esto implica acceder a una variedad de fuentes de información, evaluar críticamente la información que recibimos, teniendo en cuenta la fuente, el contexto y la perspectiva y ser conscientes de nuestros propios sesgos y estar abiertos a diferentes puntos de vista.
En un contexto de constante cambio tecnológico, el futuro de la información y de los medios de comunicación es incierto. El auge de las redes sociales ha fragmentado el panorama mediático y ha dado lugar a una mayor diversidad de voces. Sin embargo, también ha generado nuevos desafíos, como la desinformación y la polarización.
En este nuevo escenario, es fundamental que los medios de comunicación se adapten a las nuevas tecnologías y que encuentren nuevas formas de conectar con el público. También es importante que los ciudadanos asuman un papel activo en la búsqueda de información veraz y fiable. A lo que habría que añadir que los ciudadanos deben de formarse para tener más espíritu crítico a la hora de consultar y consumir información procedente, sobre todo, de las redes sociales, independientemente de si la fuente de la misma proceda de un medio de comunicación veraz y con cierta reputación.
En definitiva, el papel de los medios de comunicación en la construcción de la opinión pública es un tema complejo y de gran relevancia para la sociedad actual. Es fundamental que seamos conscientes de la influencia que tienen los medios y que asumamos un papel activo en la búsqueda de información veraz y fiable.
UDIMA