El primer aniversario de las protestas del 11J, las mayores en décadas en Cuba, se vivió este lunes con aparente normalidad y mayor presencia policial en las calles, el rechazo del Gobierno y actos de represión selectivos contra disidentes, activistas y periodistas independientes.
Aquellas protestas -con miles de manifestantes, una muerte violenta, cientos de detenidos y cerca de 400 condenas de cárcel hasta la fecha- se produjeron en un contexto de grave crisis económica que, en gran medida, no ha conseguido atajarse en estos últimos doce meses.