Por Diana López Zuleta | @dianalzuleta
Convertir una información importante en una historia interesante de leer es uno de los grandes desafíos de los periodistas a la hora de escribir. El momento de estructurar el material recogido en el trabajo de campo y de darle un sentido es crucial. Según el periodista y escritor Óscar Martínez, la creación del texto requiere de un plan que incluya conciencia, estrategia, definición, rumbo y consideraciones éticas.
Los textos periodísticos compiten cada vez más con una voraz maquinaria de entretenimiento. “Los periodistas tenemos pocas oportunidades de incidir de forma poderosa en el mundo que narramos. La posibilidad mínima es construir productos periodísticos lo más potentes posibles”, afirma Óscar Martínez, jefe de redacción de El Faro. Durante el Taller Logan de prácticas investigativas, Martínez resumió su método en seis reglas:
1. La narración empieza en el terreno
La forma de recolectar la información tiene una relación directa con lo que el periodista hará cuando esté sentado frente a la computadora. Martínez explica varias consideraciones:
La buena metáfora se caza en el terreno
La metáfora se puede construir desde los recuerdos, pero usualmente es una experiencia vital que se parece más a una epifanía: el periodista observa algo en el terreno y le parece que ese algo evoca otra cosa, “es una experiencia irrepetible”, explica el periodista Martínez. Una metáfora es, esencialmente, un atajo, una ruta más corta para llegar a un conocimiento.
Martínez recalca que cuesta mucho llegar a la construcción de una buena metáfora porque debe ser precisa y más sencilla de comprender que explicar de forma directa lo que se presenció en la observación periodística.
La escena se puede propiciar
Si se trata de una crónica, la escena es el centro del texto. Óscar Martínez considera que el periodista debe preguntarse qué desea para propiciar lo que quiere tener frente a la computadora. “La escena es el acto de no relatar, ni editorializar, sino de abrir una ventana y decirle a la gente: «Miren». En lugar de que el personaje cuente y enumere cosas, la escena es una ventana para observar al otro en movimiento, debe reproducir una experiencia vital”.
Escriban mientras reportean. Registren los detalles
Óscar Martínez recomienda cazar detalles, observar y preguntar en el momento mismo del trabajo de campo. “Sin detalle, no hay escena, y sin escena, no hay crónica”, afirma. Para ilustrar una escena mal narrada, Martínez ofrece el siguiente ejemplo: “Y de repente, cuando enterraban a su hijo, doña Consuelo Hernández gritó”. El periodista debe preguntarse: ¿Qué gritó? ¿Cómo gritó? ¿Se hincó? Sin detalle, es una escena vaga que no aporta nada a la narración.
Otra recomendación que da es ir y presenciar un momento trascendental de la vida de los personajes, por ejemplo, un viaje en tren con los migrantes, el momento en que están empacando para huir, el entierro de un familiar.
Hagan búsqueda con sentido
Durante el reporteo es necesario tener clara la premisa que se persigue. “Si la búsqueda no tiene sentido, ¿por qué lo habría de tener el texto?”, se pregunta Óscar Martínez. Si en el reporteo el periodista no tiene claro el enfoque que le dará a su historia, su texto tampoco tendrá enfoque. “Al final, hacer periodismo se parece un poco a cocinar. Si quieres hacer una tortilla de patatas y vas al supermercado y vuelves con un kilo de sal y dos filetes de carne, no hay manera de que te salga una tortilla; te puede salir una carne salada, pero eso es otra cosa”, ilustra Martínez.
El periodista debe tener un rumbo, aunque en el camino la recolección cambie o exija buscar nuevos elementos.
Sin apriorismos
Otra consideración a tener en cuenta es ir al reporteo sin prejuicios. Aunque no es posible ser completamente neutral, el periodista debe hacer un esfuerzo por acercarse sin apriorismos, esto es, sin ideas preconcebidas. Ir a entrevistar al personaje con adjetivos es acercarse con apriorismos. “Quien hace un esfuerzo con denuedo por encontrar sus prejuicios en un lugar, los va a encontrar. Si vas pensando «este hombre es malo», encontrarás en efecto un hombre malo”, sostiene Óscar Martínez. Con esta preconcepción del «hombre malo» se disminuye en exceso la posibilidad de que el periodista encuentre otra clase de hombre; de lo que se trata es de enfrentarse a la realidad y encontrar la explicación verdadera, o más cercana a la verdad.
2. Sin información no hay buen texto
Además de las convencionales entrevistas y toma de notas en la libreta, Óscar Martínez recomienda grabar mensajes de voz durante la reportería, tomar fotos para volver mentalmente al lugar cuando se esté escribiendo y dibujar croquis. “Si no recolectaste ni investigaste y quieres escribir bien, solo eres un aspirante adolescente a poeta de barrio”, enuncia. Entre los detalles que sugiere anotar en la libreta están hechos concretos, frases, impresiones y sensaciones sobre lo que ocurre alrededor, y descripción de tiempos y olores.
En la grabadora sugiere no solo registrar entrevistas, sino sonidos que pueden dar mayores detalles en el texto. Registrar la atmósfera de los lugares en las fotos sirve para evocar el momento a la hora de escribir. En el caso de los croquis, son la simplificación de una ruta, una explicación más didáctica que servirá como recordación.
Al finalizar cada día de reporteo, sugiere revisar lo recolectado: leer las notas de la libreta y escuchar los audios permitirá determinar qué hace falta.
3. Construir una estrategia para ordenar la información
En este punto comienza la estrategia esencial de la construcción del texto. La parte más racional de la recolección es ordenar el contenido. “La realización de saber si el animal que saliste a cazar es el que traes va a surgir en este momento”, añade Martínez. Y para clarificar la idea recomienda hacer un menú con los principales ítems:
Fuentes: Marcar con una “P” las que son personajes dentro de la historia.
Documentos: Puede ser un documento forense de una persona baleada o una respuesta oficial de petición.
Escenas: Una escena puede ser, por ejemplo, la reconstrucción del asesinato de una persona a través de varios testimonios o el asalto de los policías en una ruta migratoria.
Descubrimientos: Es la más importante. Si una fuente, un documento y una escena no ayudan a hacer un descubrimiento se deben descartar.
4. El texto
La forma como se estructura el texto es la forma en que el periodista le propone a la gente que lo consuma. Óscar Martínez recomienda tener en cuenta los siguientes ítems a la hora de construir un texto:
Tiempos verbales: ¿Cuál va a ser el tiempo verbal central? ¿Cuántos tiempos verbales usará? Antes de sentarse a escribir debe decidir el tiempo verbal que va a sostener en la narración y ejecutarlo.
Preguntarse la razón por la que se ha elegido narrar de determinada manera. La estrategia debe responder a una explicación. Martínez cree que entre el titular, el sumario y los primeros párrafos el periodista se juega el 80% de los lectores.
La estructura del texto. Pueden usarse subtítulos, dividirse por capítulos o hacer pausas gráficas como asteriscos o guiones.
La búsqueda del tono. Óscar Martínez se pregunta cómo será la tensión dramática: ¿va a haber sarcasmo, humor, picardía? ¿Se manejará un solo tono?
La lírica a veces implica poca información en el primer párrafo. Los textos cortos, sencillos, bien puntuados y con un buen ritmo musical pueden ser impactantes. La primera frase puede ser sucinta, pero memorable. Por otro lado, si no es contundente, una frase larga puede ser un repelente para los lectores.
5. Matar la pereza tras el punto y final
Tras terminar un texto, Martínez recomienda revisar los adjetivos que se han empleado, los tiempos verbales, los nombres propios, las fechas y los lugares. Añade que se deben verificar las metáforas y dejar únicamente las que sean extraordinarias. “Que no tengas que decir «la escena era triste»: escribe para que la gente se entristezca. No digas «el momento fue feliz», escribe para que la gente sonría mientras lee”.
6. Escribir es un acto solitario, publicar es un acto colectivo
Se escribe desde la soledad, con los recursos narrativos que se tengan a la mano, el léxico que el periodista haya construido a lo largo de los años y la experiencia vital. Para finalizar el taller, Óscar Martínez recordó la importancia de la figura del editor y recomienda nunca publicar un texto si solo lo ha leído el periodista que lo escribió. “Si no toleras que te editen, te has equivocado de oficio”, concluye.
Sobre Óscar Martínez
Es jefe de redacción del periódico El Faro (El Salvador), donde fue coordinador del proyecto En el camino y miembro fundador del proyecto Sala Negra, dedicado al periodismo de profundidad en migración, violencia y crimen organizado. Es autor del libro Los muertos y el periodista y del libro de crónicas Los migrantes que no importan. Es autor de A History of Violence y coautor del libro Crónicas negras, desde una región que no cuenta. En 2008 recibió en México el Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez. Es premio Nacional de Derechos Humanos por la Universidad José Simeón Cañas, ganador del Maria Moors Cabot y Premio Internacional a la Libertad de Prensa otorgado por el CPJ en 2016.
Fundación GABO