En una declaración, el Consejo de Seguridad de la ONU exigió «una investigación inmediata, exhaustiva, transparente e imparcial» sobre la muerte de la periodista de la cadena Al Jazeera.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas «condenó enérgicamente» el asesinato de la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh y las heridas de otro periodista en la ciudad cisjordana de Jenin, en una declaración unánime adoptada el viernes (13.05.2022), según dijeron diplomáticos a la agencia francesa AFP.
Iniciada por Estados Unidos, esta postura inusualmente unánime del Consejo de Seguridad sobre un tema relacionado con Israel también exigió «una investigación inmediata, exhaustiva, transparente e imparcial» sobre la muerte de Akleh, asesinada el miércoles 11 de un disparo mientras cubría una redada del Ejército de Israel.
La declaración subrayó «la necesidad de garantizar la rendición de cuentas» de su autor o autores, según el texto obtenido por AFP.
Por su parte, el gobierno de Estados Unidos dijo estar «profundamente perturbado» por las imágenes de violencia en el funeral de Akleh, marcado por una carga de la policía israelí al comienzo de la procesión fúnebre, y pidió investigar los hechos.
«No tengo todos los detalles, pero sé que tiene que investigarse», dijo el presidente Joe Biden a la prensa en un acto en la Casa Blanca, al ser preguntado sobre la actuación policial en las exequias de la veterana periodista de Al Jazeera.
Horas después, el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken calificó la intrusión como «perturbadora» y añadió que «toda familia merece poder despedir a sus seres queridos de una manera digna y sin obstáculos».
«Permanecemos en contacto cercano con nuestras contrapartes israelí y palestina y hacemos un llamado a mantener la calma y a evitar cualquier acción que pueda escalar aún más las tensiones», pidió Blinken.
Akleh, identificada como prensa y llevando chaleco y casco, murió de un disparo en la cara mientras cubría una redada del Ejército israelí en el campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania ocupada, donde Israel ha intensificado sus operativos de «contraterrorismo» en las últimas semanas con cerca de 50 muertos.
La investigación inicial de las Fuerzas Armadas israelíes concluyó que «no es posible determinar inequívocamente el origen del disparo» que mató a Akleh.
Israel insiste en que para poder hacerlo es necesario un «examen balístico profesional» de la bala que mató a la reportera, algo que está en manos de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), quien se encargó de realizar la autopsia y ha prometido una investigación «exhaustiva y transparente» sobre el caso.
gs (afp, efe, reuters) DW