Las coberturas relacionadas con la emergencia climática van poco a poco ocupando más espacio en los medios de comunicación, y en algunos casos, se han elaborado estrategias específicas que incluso llevan al propio medio a comprometerse ante sus lectores, como el caso de The Guardian.
Pero, en general, queda aún mucho camino por recorrer. ¿Cómo asentar una cultura editorial que dé relevancia al cambio climático y lo incorpore al día a día? El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con la colaboración de Efe Verde y Ojo al Clima, ha publicado una guía que puede ayudar a los periodistas a mejorar la información sobre la emergencia climática.
La guía ha sido coordinada por Ángela Funez y Javier Salgado, de la División de Comunicaciones del BID, y redactada por Lucila Pinto, consultora de comunicaciones. Estos son los puntos más destacados de la guía:
Cómo crear narrativas efectivas para comunicar el cambio climático
. Ver la acción climática como una oportunidad. Muchas de las soluciones que los especialistas proponen para mitigar el cambio climático se relacionan de manera directa con nuestra calidad de vida y bienestar. Por ejemplo, si aumentamos nuestro uso de movilidad sustentable –a través de acciones como ir en bicicleta y caminar más– al mismo tiempo vamos a ahorrar dinero –que dejaremos de gastar en combustibles fósiles– y tendremos beneficios en la salud. Esos son ángulos atractivos para generar contenido periodístico.
. Dejar de ver al cambio climático como un tema netamente ambiental. El cambio climático es la nueva realidad, y esta realidad se compone de temas sociales, políticos, económicos, legales, culturales y hasta deportivos. Por este motivo, no podemos circunscribir la agenda climática a las secciones de ambiente y ciencia. Esto, a su vez, nos ayudará a encontrar historias valiosas para nuestras audiencias.
. Partir de temas cotidianos y cercanos. Tomando como ejemplo el deporte, ¿cómo afecta el calentamiento global a los maratonistas? ¿O la desmejora en la calidad del aire por la quema de combustibles fósiles a los ciclistas? ¿Y cómo es ser madre en tiempos de cambio climático?
. Usar portavoces, fuentes y temas locales. Mucha de la información que se genera sobre cambio climático parte desde Estados Unidos y se produce en inglés. Sin duda, es información muy valiosa para el trabajo periodístico, pero podemos complementarla con fuentes locales.
. Apostar a las resonancias positivas y hacer llamadas a la acción. Para que el tema resulte menos abrumador, puede ser útil contar las historias de personas que están creando y aplicando soluciones.
. No generar falsas expectativas. Por las características del cambio climático, las acciones que tomemos ahora –tanto locales como globales, e individuales como colectivas– no van a dar resultados evidentes de inmediato y eso puede generar frustración. La mitigación y adaptación van a requerir tiempo. Tenemos que ser claros en esto.
Cómo posicionar el cambio climático en las salas de redacción
. Aumentar el conocimiento climático en las salas de redacción. Las acciones dirigidas a este problema no deben centrarse solo en los periodistas que cubren cambio climático sino en toda la redacción.
. Entender la relación de nuestra audiencia con el cambio climático. Conocer mejor a nuestras audiencias es un paso necesario para enfrentarnos al problema de la desconfianza en las noticias y la diversidad de actitudes frente al cambio climático.
. Segmentar a nuestras audiencias y crear contenidos específicos. Además de indagar cuánto sabe nuestra audiencia sobre cambio climático, podemos dividirla en segmentos de acuerdo con sus actitudes.
. Definir la estructura adecuada para la redacción. La estructura ideal para aumentar la cobertura climática va a depender de las particularidades de cada medio y sus recursos disponibles.
. Crear redes y comunidad. Muchas veces, el periodista especializado en cambio climático dentro de una redacción puede sentirse solo, y el peso de empujar la ampliación de la cobertura climática puede resultar abrumador
Cómo cubrir negociaciones climáticas
. Invertir en la preparación previa. Las negociaciones pueden ser muy técnicas, atravesadas por componentes políticos, y largas.
. Preparar también a nuestras audiencias. Antes de que las negociaciones empiecen, podemos empezar el trabajo de explicar los temas técnicos a nuestras audiencias.
. Generar relaciones con nuestras fuentes antes de la cobertura. Para esto, podemos contactar con las delegaciones de los países, las fuentes políticas, con organizaciones científicas y también con las organizaciones no gubernamentales que suelen actuar como observadores de las negociaciones.
. Ser selectivos acerca de qué vamos a cubrir. Cubrir todo lo que sucede en las negociaciones climáticas es muy difícil, e imposible en las más complejas, como las COP [Cumbre mundial del clima].
. Sacar jugo a nuestra especialidad. Muchas veces, otras secciones de los medios en los que trabajamos se van a ocupar de cubrir los aspectos más mediáticos de las negociaciones, como los discursos de los presidentes de países y figuras invitadas.
. Usar diferentes formatos para diferentes momentos. No todas las piezas de contenido que generemos –sean texto, video o gráficas– deberán tener el mismo nivel de profundidad.
Practicar el periodismo colaborativo. Las necesidades de quienes están cubriendo en el lugar de los hechos se complementan con las de quienes no tuvieron la oportunidad de asistir.
. Es posible cubrir negociaciones a distancia. No siempre podemos estar en el lugar de los hechos, pero cubrir negociaciones climáticas es posible si entendemos las limitaciones.
. Buscar historias por fuera de las negociaciones. Los acuerdos y las discusiones técnicas son la materia prima principal de nuestras coberturas, pero alrededor de las cumbres y convenciones suceden historias que merecen ser contadas.
Aprovechar las redes sociales
. Difundir nuestros artículos. En muchas ocasiones, los contenidos para redes sociales no compiten con otros formatos, sino que pueden complementarse.
Incluir las redes sociales en la preproducción de nuestros artículos. Las historias de Instagram y Twitter son buenos espacios para interactuar con nuestras audiencias.
. Afianzar nuestra voz propia como periodistas climáticos. Canales como las newsletters personales, las historias de Instagram y nuestras cuentas de Twitter nos permiten producir mensajes que exhiban mejor nuestra voz propia.
. Mostrar el lado humano del periodismo. Podemos aprovechar la oportunidad que nos dan las redes sociales para exhibir el detrás de escena de nuestras coberturas.
. Explotar el potencial de los formatos audiovisuales. El modo de consumo propio de las redes sociales premia los recursos audiovisuales como modo de contar historias.
Laboratorio de Periodismo