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Cuba aprieta las tuercas al periodismo independiente

Un fotógrafo español de la agencia de noticias AP es agredido por funcionarios durante las protestas del 11 de julio de 2021.

La información crítica siempre fue eliminada en la Cuba comunista. Pero internet hace más difícil la censura. Tras las protestas del verano de 2021, el régimen revocó las visas de periodistas extranjeros.

Durante décadas, la agencia de noticias española EFE ha sido una de las fuentes más importantes de información desde Cuba. Pero eso podría terminar pronto: «Están a punto de echarnos de Cuba», dijo la presidenta de EFE, Gabriela Cañas, a la emisora estatal estadounidense «Voice of America» a principios de esta semana. Según Cañas, EFE no se retiraría voluntariamente de la isla, pero el régimen actual hace casi imposible un periodismo serio.

Actualmente, solo dos corresponsales de EFE tienen un permiso de trabajo válido. La Habana revocó la acreditación de otros cinco periodistas de la agencia a mediados de noviembre de 2021. Según EFE, las autoridades no dieron ninguna razón. La oficina gubernamental responsable tampoco facilitó a DW ninguna información sobre el caso. Ahora, según Cañas, existe la posibilidad de que la agencia tenga que poner fin a su trabajo en la isla después de casi 50 años.

Arrecia la presión contra el periodismo

«Nunca ha sido fácil para los periodistas trabajar en Cuba», afirma Juliane Matthey, responsable de prensa para América Latina de Reporteros sin Fronteras. Durante años, los periodistas críticos de Cuba han sido amenazados, atacados y encarcelados por el gobierno.

 

Protestas en La Habana el 11 de julio: el régimen quiere evitar que imágenes como esta se difundan desde Cuba

En su «Clasificación de la libertad de prensa 2021», la organización sin ánimo de lucro sitúa a Cuba en el puesto 171 de 180, solo por detrás de zonas de guerra y otros estados totalitarios, sin tener en cuenta los últimos acontecimientos: «Tras las protestas del pasado mes de julio, el régimen volvió a apretar las tuercas», afirma Matthey.

El 11 de julio de 2021, protestas masivas se extendieron desde la capital, La Habana, por toda la isla, convirtiéndose en las mayores manifestaciones en Cuba desde la revolución de 1959. El régimen comunista reaccionó, como cabía esperar, como una dictadura: reprimió las protestas de forma sangrienta. Al menos una persona murió.

Medios de comunicación estatales y censura en internet

Según la Constitución, los medios de comunicación privados están prohibidos en Cuba. No obstante, existe una pequeña red de portales de noticias independientes en Internet. Pero esos medios son objeto de represión. A principios de diciembre, según esa red, la periodista Mabel Páez fue golpeada por hombres encapuchados en su departamento, después de que su periódico informara sobre la muerte de un recluta forzoso en el Ejército cubano. En un vídeo de Youtube (ver abajo), Mabel relata que, en el hospital, la Policía confiscó el informe del médico y le dijo que se olvidara del asunto.

En la televisión, aparte de los canales gubernamentales, solo existe el canal venezolano TeleSUR, fundado por el populista de izquierdas venezolano Hugo Chávez a partir de una idea de Fidel Castro y controlado en gran parte por el gobierno socialista venezolano.

La información independiente en Cuba solo se obtiene a través de fuentes privadas o por internet. Por lo tanto, la restricción del trabajo de los medios de comunicación extranjeros como EFE no solo es una pérdida para la información internacional desde Cuba, sino también para los propios cubanos, dice el disidente cubano Yúnior García Aguilera, que es uno de los principales organizadores de las protestas del pasado julio: «Hasta ahora, sin embargo, la mayoría de la gente en Cuba utiliza internet para las redes sociales, principalmente para enviar noticias y fotos a sus familias en el país y en el extranjero.»

El régimen cubano teme el libre acceso a internet

Sin embargo, esto también se debe a que el uso de internet está muy restringido, dice García, que habló con DW desde su exilio en España. Las redes sociales están vigiladas, y cualquiera que publique contenidos críticos puede esperar ser castigado. Además, existen grandes obstáculos para seguir las noticias internacionales: «Un buen acceso a internet costaría a muchos cubanos la mitad de su salario. Muchos sitios web están bloqueados y solo se puede acceder a ellos a través de una conexión VPN». Y para montar una se necesitan ciertos conocimientos.

Yunior García en la ventana de su casa el 14 de noviembre de 2021

Sin embargo, internet es un importante canal de comunicación para la oposición, dice García. Una de las razones por las que las protestas de julio probablemente se acallaron tras solo cinco días fue que el régimen bloqueó internet para impedir la coordinación.

Para Günther Maihold, experto en América Latina y vicedirector de la Fundación Ciencia y Política de Berlín (SWP), el hecho de que el régimen haya reprimido desde entonces cada vez más la información no es sorprendente: «Las protestas y, sobre todo, su amplitud han inquietado evidentemente al gobierno», afirma Maihold. «En la búsqueda de culpables, la prensa es una de las primeras candidatas».

Nadie está a salvo
La suspensión de los permisos de trabajo de los periodistas de EFE se produjo unos días antes de una manifestación prevista por la oposición para el 15 de noviembre. «Quisieron impedir los informes sobre la ubicación y el número de participantes», sospecha Maihold.

A pesar de que la Constitución cubana permite las manifestaciones pacíficas, el régimen acabó impidiendo las concentraciones del 15 de noviembre poniendo a los organizadores, como Yunior García, bajo arresto domiciliario y haciendo que la Policía ocupara las calles. Al día siguiente, García pudo salir de Cuba hacia España. Ahora quiere continuar su labor política desde allí.

(gg/ms)

Por Jan D. Walter