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Culpan a hombres armados e inacción policial en protestas por la primera muerte de una periodista desde la dictadura de Pinochet

Vigilia en ex Plaza Italia de manifestantes que piden justicia por la muerte de la periodista Francisca Sandoval. (Crédito de foto y banner: Londres 38, espacio de memorias)

La periodista chilena Francisca Sandoval, de 29 años, murió en el Hospital de Urgencia Asistencia Pública, doce días después de recibir un impacto de bala en el rostro. Sandoval cubría las marchas del 1 de mayo por el Día del Trabajador que se tornaron violentas, con balaceras y saqueos, en un barrio comercial del centro de Santiago de Chile.

Las fuerzas policiales reprimieron la protesta duramente, sin embargo, no fueron los únicos. En videos de cámaras callejeras y de los mismos protagonistas, se puede ver a personas armadas disparando contra los manifestantes en el Barrio Meiggs, aproximadamente a la hora en que Sandoval fue herida, según publicó el portal investigativo chileno Ciper. Presuntamente estaban disparando para evitar daños y saqueos, de acuerdo con citas de Carabineros publicadas por Ciper.

Al menos once individuos dispararon contra la gente desde puestos comerciales en donde estaban atrincherados, informó Ciper. Nueve de los once lo habrían hecho con armas de fuego y los otros dos con armas de fogueo, sin proyectiles.

Según las autoridades, el principal sospechoso del disparo que acabó con la vida de Sandoval, Marcelo Naranjo, se encuentra en prisión preventiva, reportó CNN Chile. El Ministerio Público formalizó los cargos contra Naranjo por delitos de homicidio consumado, tenencia ilegal de armas y disparos injustificados.

No se ha podido establecer, sobre la base de las noticias locales, si Naranjo era uno de los vendedores ambulantes o guardia de seguridad de alguno de los puestos informales.

El Ministerio Público también ordenó la detención de otros dos sospechosos: Yonaiker Fuenmayor Rondón, de nacionalidad venezolana, y Luis Flores Salazar, de Colombia. Ambos están bajo arresto domiciliario por porte ilegal de armas de fuego.

Medios locales señalan a Sandoval como la primera periodista chilena muerta en democracia desde el asesinato de José Carrasco Tapia, periodista crítico de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Tapia murió en 1987, cuando agentes de Inteligencia lo acribillaron en su casa, frente a su familia.

Además de Sandoval, otros dos periodistas resultaron heridos en la balacera del Barrio Meiggs durante las manifestaciones por el día de los trabajadores, informó el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ). De acuerdo con el Comité, la reportera de Radio 7, Fabiola Moreno recibió un balazo en el hombro y Roberto Caro, reportero de Piensa Prensa, recibió uno en la pierna. Ambos periodistas fueron atendidos y dados de alta, señaló Danilo Ahumada, presidente del Colegio de Periodistas de Chile, al CPJ.

El subsecretario del Ministerio del Interior chileno, Manuel Monsalve, lamentó la violencia y la muerte de Sandoval en el Barrio Meiggs, y señaló que el comercio ilegal de la zona está vinculado con organizaciones criminales, según informaciones del Diario USACH. Monsalve también anunció que se ha abierto una investigación interna contra Carabineros, la policía militarizada de Chile, de acuerdo con la edición chilena del diario español El País.

El presidente chileno Gabriel Boric dijo en Televisión Nacional que como Estado no pueden permitir que bandas criminales tomen las calles del país. Asimismo, Boric se solidarizó con la familia de Sandoval y condenó la violencia desatada durante la marcha del día de los trabajadores. “No permitiremos impunidad”, dijo vía Twitter.

“En Chile no hay ninguna garantía para periodistas y comunicadores cuando cubren hechos violentos. Siempre es un riesgo”, dijo la periodista de investigación y académica chilena Francisca Skoknic a LatAm Journalism Review (LJR).

“En este caso en particular, los periodistas no solamente están en riesgo porque se exponen a hechos externos a ellos, sino que han sido en los últimos años directamente apuntados como blanco. Por lo tanto, eso lo hace mucho más riesgoso”, apuntó.

El medio Señal 3 La Victoria, donde trabajaba Sandoval, informó de su fallecimiento el 12 de mayo a través de Twitter: “Francisca no se nos fue. La asesinaron. A través de estas palabras confirmamos el fallecimiento de nuestra querida Fran. Te extrañaremos y haremos todo lo posible para encontrar la verdad”.

Magdalena Saldaña, periodista e investigadora chilena de la Pontificia Universidad Católica de Chile, dijo a LJR que “por décadas, el mayor problema de la prensa chilena ha sido la alta concentración de medios, donde un par de conglomerados periodísticos son dueños de las radios y de los canales de televisión. Se habla de falta de pluralismo, falta de independencia, de miradas alternativas”.

“Pero el problema del miedo, de que pierdas la vida haciendo tu trabajo [como periodista], eso quedó relegado a los años de dictadura”, añadió Saldaña.

Antes de conocerse el fatal desenlace de la agresión a Sandoval, la Comisión Chilena de Derechos Humanos (CCHDH) y el Colegio de Periodistas de Chile presentaron el 10 de mayo dos acciones judiciales por homicidio frustrado, lesiones graves y apremio ilegítimo contra los presuntos responsables de las agresiones a los tres periodistas el 1 de mayo.

Estas querellas, según el comunicado, también señalan directamente al director general de Carabineros, Ricardo Yáñez Reveco.

“Esta omisión de actuar, no solo impidió de manera violenta el ejercicio del derecho a manifestarse libremente de manera pacífica y a informar libre y verazmente de los acontecimientos, violentando de esa manera sus propios protocolos de actuación y la normativa nacional e internacional acerca de la libertad de expresión y los derechos constitucionalmente garantizados, sino que su pasividad fue causa directa del daño a la vida y a la integridad física y psíquica de las víctimas y sus familias”, señalaron ambas organizaciones en su nota de prensa.

Según la agencia EFE, cientos de personas se reunieron en la ex Plaza Italia el jueves 12 de mayo para pedir justicia para Sandoval y su familia. Al intentar marchar por la avenida principal, las Fuerzas Especiales de Carabineros los dispersaron con carros lanza agua, informó la agencia española.

La represión de las fuerzas del orden a la protesta social y a todos sus actores siempre ha sido fuerte en Chile, explicó Skoknic, “por lo menos desde la dictadura [de Augusto Pinochet]”.

“A Carabineros siempre se le pasa la mano en la violencia, no siguen sus propios protocolos y siempre ha habido muchos momentos en que ha sido cuestionado, incluso reprimiendo escolares menores de edad”, añadió.

“El recrudecimiento de las manifestaciones y protestas, y el cuestionamiento del modelo político actual han dejado al descubierto las violencias perpetradas contra los periodistas por la policía y los organismos de inteligencia militar. Las leyes existentes son poco eficaces para proteger a los profesionales de la información y, a pesar de algunos avances, los ataques contra los periodistas y los medios siguen quedando mayoritariamente impunes”, resaltó el reciente informe anual de libertad de expresión de Reporteros Sin Fronteras (RSF) sobre la seguridad en Chile.

En la edición de 2022 del índice sobre libertad de expresión global que elaboró RSF, Chile ocupa el puesto 82 en el ranking de 180 países, descendiendo 28 posiciones en comparación con el año 2021, cuando ocupó el puesto 54.

Paola Nalvarte