La corriente circumpolar antártica , que fluye en el sentido de las agujas del reloj alrededor de la Antártida, es la corriente oceánica más fuerte del planeta. Es cinco veces más fuerte que la corriente del Golfo y más de 100 veces más fuerte que la del río Amazonas.
Forma parte de la “banda transportadora” oceánica global que conecta los océanos Pacífico, Atlántico e Índico . El sistema regula el clima de la Tierra y bombea agua, calor y nutrientes a todo el planeta.
Pero el agua fresca y fría proveniente del derretimiento del hielo antártico está diluyendo el agua salada del océano, alterando potencialmente la vital corriente oceánica.
Nuestra nueva investigación sugiere que la Corriente Circumpolar Antártica será un 20% más lenta para 2050 a medida que el mundo se calienta, con consecuencias de largo alcance para la vida en la Tierra.

¿Por qué debería importarnos?
La Corriente Circumpolar Antártica es como un foso alrededor del continente helado.
La corriente ayuda a mantener a raya el agua caliente, lo que protege las capas de hielo vulnerables. También actúa como barrera para las especies invasoras, como el alga marina gigante del sur, y cualquier animal que se suba a estas balsas, dispersándolas a medida que se desplazan hacia el continente . También desempeña un papel importante en la regulación del clima de la Tierra.
A diferencia de otras corrientes oceánicas más conocidas (como la corriente del Golfo en la costa este de Estados Unidos, la corriente de Kuroshio cerca de Japón y la corriente de Agulhas en la costa de Sudáfrica), la corriente circumpolar antártica no se conoce tan bien. Esto se debe en parte a su ubicación remota, que dificulta especialmente la obtención de mediciones directas.
Comprender la influencia del cambio climático
Las corrientes oceánicas responden a los cambios de temperatura, niveles de sal, patrones de viento y extensión del hielo marino. Por lo tanto, la cinta transportadora oceánica global es vulnerable al cambio climático en múltiples frentes.
Investigaciones anteriores sugirieron que una parte vital de esta cinta transportadora podría estar destinada a sufrir un colapso catastrófico .
En teoría, el calentamiento del agua alrededor de la Antártida debería acelerar la corriente . Esto se debe a que los cambios de densidad y los vientos alrededor de la Antártida determinan la fuerza de la corriente. El agua cálida es menos densa (o pesada) y esto debería ser suficiente para acelerar la corriente. Pero las observaciones hasta la fecha indican que la fuerza de la corriente se ha mantenido relativamente estable durante las últimas décadas.
Esta estabilidad persiste a pesar del derretimiento del hielo circundante, un fenómeno que no había sido explorado completamente en las discusiones científicas en el pasado.
Lo que hicimos
Los avances en el modelado de los océanos permiten una investigación más exhaustiva de los posibles cambios futuros.
Utilizamos la supercomputadora y el simulador climático más rápidos de Australia en Canberra para estudiar la Corriente Circumpolar Antártica. El modelo subyacente, ACCESS-OM2-01 , ha sido desarrollado por investigadores australianos de varias universidades como parte del Consorcio para el Modelado del Hielo Marino y Oceánico en Australia .
El modelo capta características que otros suelen pasar por alto, como los remolinos, por lo que es una forma mucho más precisa de evaluar cómo cambiará la fuerza y el comportamiento de la corriente a medida que el mundo se calienta. Capta las intrincadas interacciones entre el derretimiento del hielo y la circulación oceánica.
En esta proyección futura, el agua derretida fría y fresca de la Antártida migra hacia el norte, llenando las profundidades del océano a su paso. Esto provoca cambios importantes en la estructura de densidad del océano y contrarresta la influencia del calentamiento del océano, lo que conduce a una desaceleración general de la corriente de hasta un 20% para 2050.
Consecuencias de largo alcance
Las consecuencias de una Corriente Circumpolar Antártica más débil son profundas y de largo alcance.
Como corriente principal que hace circular aguas ricas en nutrientes alrededor de la Antártida, desempeña un papel crucial en el ecosistema antártico.
El debilitamiento de la corriente podría reducir la biodiversidad y disminuir la productividad de las pesquerías de las que dependen muchas comunidades costeras. También podría favorecer la entrada de especies invasoras, como el alga marina gigante, a la Antártida, lo que afectaría a los ecosistemas locales y a las redes alimentarias.
Una corriente más débil también puede permitir que más agua caliente penetre hacia el sur, lo que agravaría el derretimiento de las plataformas de hielo antárticas y contribuiría al aumento del nivel del mar a nivel global. Un derretimiento más rápido del hielo podría conducir a un mayor debilitamiento de la corriente, iniciando una espiral viciosa de desaceleración de la corriente.
Esta alteración podría extenderse a los patrones climáticos globales, reduciendo la capacidad del océano para regular el cambio climático al absorber el exceso de calor y carbono en la atmósfera.

Necesidad de reducir las emisiones
Si bien nuestros hallazgos presentan un pronóstico sombrío para la Corriente Circumpolar Antártica, el futuro no está predeterminado. Los esfuerzos concertados para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero aún podrían limitar el derretimiento en la Antártida.
Establecer estudios a largo plazo en el Océano Austral será crucial para monitorear estos cambios con precisión.
Con acciones internacionales proactivas y coordinadas, tenemos la oportunidad de abordar y potencialmente evitar los efectos del cambio climático en nuestros océanos.


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