Por Andrea García
¿Qué es el periodismo? ¿Cómo hacer una buena entrevista? ¿Es necesario ser una buena persona para ser un gran periodista? Estas son algunas de las muchas cuestiones sobre las que Daniel Ramírez (30 años) y Lorena G. Maldonado (31 años) debatieron en la charla sobre periodismo que se celebró en el plató del periódico, donde se animó a los futuros profesionales del sector a elegir el Máster de EL ESPAÑOL.
Tal y como afirmó Ramírez al inicio de la conversación, «al contrario que los dos candidatos con posibilidades reales de ser presidentes del Gobierno, a nosotros no nos ha costado ni media hora reunirnos para aceptar la propuesta de Miguel Ángel Mellado, el director del nuevo máster de EL ESPAÑOL, para debatir sobre periodismo».
Con ese ritmo particular que tienen los debates electorales, dos de los mejores periodistas de este diario debatieron sobre las luces y sombras de la profesión, expusieron sus diferentes estrategias a la hora de tratar con un entrevistado y pusieron su ejemplo como muestra de lo que los futuros estudiantes de este máster podrán llegar a ser si reciben una formación apropiada y dirigida por grandes profesionales del sector. Además, tanto Lorena como Daniel serán profesores el próximo curso, por lo que nadie mejor que ellos para charlar sobre este ilusionante proyecto.
Ocho años son los responsables de que Maldonado y Ramírez hayan pasado de ser compañeros a convertirse en colegas y amigos, por lo que, a diferencia de los debates a los que el gran público está acostumbrado, en el plató de EL ESPAÑOL se respiraba el buen ambiente, en parte generado por dos personas que sienten pasión por su trabajo.
Daniel Ramírez, que dice soñar con ser ministro del Tiempo, ha publicado cinco libros de no ficción y un poemario. El también ganador del Premio Nacional de Periodismo Francisco Valdés ve la profesión desde un prisma diferente: «Intento no tomármelo tan en serio y disfrutar. El periodismo me lo tomo casi como una novela de aventuras, me siento muy afortunado por tener una vida laboral tan lúdica». Ramírez lleva trabajando en EL ESPAÑOL desde la apertura del periódico, en el año 2015. En la actualidad, ocupa el cargo de redactor jefe de Política y escribe en dicha sección, además de hacer columnas de opinión.
Lorena Gómez Maldonado es una periodista muy distinta, de esas que logran que el mundo calle cuando habla. Estudió Periodismo y Derecho, pero procura que las leyes no le importen demasiado. Vive por y para las letras; escribe lo que escucha, lo que lee y lo que piensa. «Yo me hice periodista porque quería ser escritora, como creo que le pasa a mucha gente. Tienes una pulsión por escribir y encuentras que es un tentáculo posible, una carrera que te suelta la muñeca».
Lorena se incorporó a EL ESPAÑOL seis meses después de que este periódico echara a andar. En la actualidad, escribe columnas de opinión y hace entrevistas para Porfolio, aunque de vez en cuando también escribe reportajes.
La charla entre ambos transcurrió entre alusiones. Ninguno se negó a responder las cuestiones planteadas por su oponente, algo a lo que ellos mismos se han enfrentado en alguna entrevista, pero que, como buenos profesionales, siempre han sabido solventar.
¿Por qué ser periodista?
Ante la pregunta de Lorena, Daniel Ramírez no dudó. «Creo que sólo la puedes responder en retrospectiva. Ahora sí puedo responder, o puedo decir algo de por qué quise ser periodista, pero en el momento en el que tuve que tomar la decisión de estudiar la carrera no lo tenía nada claro», comentó Daniel Ramírez.
También desveló las claves para saber si uno está destinado a esta profesión. «Yo creo que el mejor test para alguien joven que quiera darse cuenta de si le gusta o no el periodismo, es si se trata de esa persona que cuando está tomando cervezas es la que cuenta una historia e intenta captar la atención de sus amigos. Y luego, además, hay algo innato. Creo que esa pulsión de querer contar la historia es fundamental para ser periodista».
Para Lorena G. Maldonado también importa mucho el resultado. «Ver cómo les puede cambiar o interferir tu historia: esa es la cosa del periodismo intencional. A mí me parece interesante saber que no cae en saco roto, sino que verdaderamente va conformando el mundo».
¿Es importante estudiar un máster?
En una profesión como ésta la práctica hace al maestro. Las facultades dan a los estudiantes mucha teoría, pero poca práctica. «Tanta teoría al final te aleja un poco de la vida práctica. Es un oficio eminentemente práctico, de tú a tú, de relaciones públicas, de hablar con mucha gente, donde también tener cierto don de gentes. Te tiene que gustar la gente, te tiene que gustar e interesar el ser humano, porque todas las historias al final tienen ese trasfondo humano», comentó Maldonado.
Tras la carrera, Lorena estudió un máster en Periodismo, la prueba de que, una vez terminados los estudios, necesitaba más herramientas que le permitieran convertirse en una buena profesional.
«Lo ideal es que, como el de EL ESPAÑOL, estén orientados a lo práctico, para no repetir lo que ya aprendimos de la carrera. Y, sobre todo, tiene que ver con el tiempo. Creo que los alumnos en los másteres deberían enfrentarse a ese ‘tic tac, tic tac’ que condiciona tanto el texto y condiciona al leer el periódico. La finitud del tiempo ayuda y te da una soltura que da rapidez y un poco de frescura», afirmó Maldonado.
El Máster de EL ESPAÑOL, el más práctico
«Miguel Ángel Mellado tiene la idea de hacer el máster más práctico de todos, que los alumnos nos acompañen a los redactores del periódico a hacer nuestros temas. Y esto es un modelo que yo creo que quizá en España no esté demasiado implantado y que es interesante porque, muchas veces, más allá del rollo que te puede soltar un profesor en el aula, por muy práctico que esté enfocado ese rollo, donde realmente aprendes es acompañando a alguien», expuso Daniel Ramírez.
A Lorena G. Maldonado lo que más le ha servido es escuchar las anécdotas de periodistas veteranos, porque «más que las grandes teorías, los PowerPoints o ningún tipo de tesis, las anécdotas son las mejores historias», comentó la periodista.
Entre risas y charlas, los periodistas dieron sus claves para hacer entrevistas de calidad. Para Ramírez, que acostumbra a conversar con personajes políticos, lo primordial es arrimar a esa persona a sus contradicciones y «hacerle las preguntas que tus lectores querrían hacerle».
«Para ser buen periodista no hay que ser buena persona»
En el caso de Maldonado, ella plantea sus entrevistas como citas, no importa si su acompañante es hombre o mujer, seduce al entrevistado y logra que confíen en ella. Pero también cobra gran importancia la empatía: «Creo que la gente necesita un abrazo, necesita un abrazo y un café. Y ya que no se lo vamos a dar, qué menos que darle una escucha activa y respetuosa», afirmó Maldonado.
«Para ser periodista hay que ser buena persona», afirmó Ryszard Kapuściński, uno de los reporteros más reconocidos. Daniel Ramírez se opuso completamente a esta idea y dijo de ella que «es una mentira como una catedral». «Animo a las malas personas a que también se apunten al máster, porque también podrán ser grandes periodistas. Ha habido malísimas personas que eran grandísimos periodistas», sentenció.
¿Cómo ser un buen periodista?
La charla de Maldonado y Ramírez, tan reveladora como interesante, planteó los retos a los que se enfrentarán los periodistas del futuro. Entre ellas, la importancia de leer, de controlar los tiempos, de saber observar, de seducir al contrario, de soltar la muñeca. Sin embargo, uno de los temas medulares fue sembrar la idea de que para ser un buen periodista hay que practicar mucho; también tener la capacidad de caerse y levantarse, de escuchar y de repetir y, por supuesto, de formarse en el mejor lugar.
Por eso, como bien dijo Daniel Ramírez, «lo más urgente para alguien que quiere ser periodista es vivir en una redacción. Y creo que si este máster, como ha hecho, se compromete a que los alumnos estén más en una redacción y en la calle, con los redactores de periódico, que en un aula, creo que es un gran inicio de camino, de apostar por ese modo de vida tan raro, tan lunático, tan apasionante, tan frustrante, tan enriquecedor, que es el periodismo».
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