Autoridades francesas acusaron que el camarógrafo Frédéric Leclerc-Imhoff viajaba en un convoy claramente identificado como humanitario, por lo que no debía ser atacado.
Francia exigió una investigación transparente sobre la muerte en Ucrania del periodista Frédéric Leclerc-Imhoff, quien perdió la vida en un ataque ruso contra el convoy humanitario en el que viajaba.
«Francia exige que se lance lo antes posible una investigación transparente para arrojar toda la luz sobre las circunstancias de este drama», afirmó en un comunicado la ministra francesa de Exteriores, Catherine Colonna, que precisamente se encuentra hoy en Kiev.
Colonna consideró que el incidente es un crimen doble porque tuvo como objetivos a un convoy humanitario y a un periodista.
La ministra francesa se reunió hoy con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, al que pidió la colaboración de las autoridades de su país en la realización de la investigación y en la rápida repatriación del cadáver.
Leclerc-Imhoff, un camarógrafo de 32 años que trabajaba para el canal de noticias BFMTV, falleció hoy cuando viajaba en un autobús casi vacío que formaba parte de un convoy humanitario que iba a evacuar civiles ucranianos de la disputada ciudad de Sievierodonetsk, en la región del Donbás, escenario desde hace semanas de los combates más encarnizados de esta guerra.
El autobús fue dañado por el impacto cercano de un proyectil de artillería. Un compañero del fallecido, Maxime Brandstaetter, resultó con heridas leves y la asistente ucraniana de ambos, Oksana Leuta, resultó ilesa, informó BFMTV.
El medio detalló que un fragmento de metralla impactó al cámara entre el casco y el chaleco de protección que portaba.
Se trata del octavo periodista –el segundo francés, tras la muerte del camarógrafo francoirlandés de Fox News Pierre Zakrzewski– que fallece de forma violenta durante la invasión rusa de Ucrania, que comenzó el 24 de febrero pasado.
El presidente francés, Emmanuel Macron, manifestó su pesar por la muerte y destacó que el periodista estaba en un autobús humanitario para mostrar la realidad de la guerra.
La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, también condenó la muerte del periodista y solicitó la apertura de una investigación.
La ministra francesa de Cultura, recordó que Frédéric Leclerc-Imhoff «tuvo el valor de ir muy cerca de los combates en Ucrania para informar sobre las atrocidades de la guerra», y afirmó que «el derecho a la información sigue siendo una lucha constante».
La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF, con sede en París) responsabilizó directamente al presidente ruso, Vladímir Putin, por los ataques deliberados de sus tropas contra los informadores en ese conflicto.
«El autobús llevaba muy visible el signo ‘convoy humanitario’ y ha recibido disparos» de artillería, explicó en declaraciones a la prensa el secretario general de RSF, Christophe Deloire.
Asimismo, denunció que «los soldados rusos tiene la costumbre de disparar deliberadamente contra los periodistas y los medios».
«Son prácticas sobre el terreno y es evidente que no se hace nada por ponerles fin. Hay una responsabilidad particular del Kremlin y de Vladimir Putin en esta violación del derecho internacional», recalcó Deloire.
La redactora jefe de RSF, Pauline Adès-Mével, consideró espantosas las declaraciones de un responsable de las milicias prorrusas de Lugansk, que afirmó que el periodista había entregado armas y municiones a las fuerzas ucranianas en la zona.
BFMTV manifestó su pésame a la familia y allegados de Leclerc-Imhoff y señaló que su muerte recalca los peligros que sufren todos los informadores para informar sobre la guerra en Ucrania.