En la serie “Amenazas contra periodistas”, la ONG Human Rights Foundation (HRF) denuncia la violencia, intimidación y acoso que enfrentan los periodistas en todo el mundo, entre los que incluye varios casos de Cuba.
El año pasado más de 363 periodistas fueron encarcelados simplemente por hacer su trabajo y muchos más sufrieron algún tipo de represalias por resistirse a ser silenciados por los regímenes autoritarios en Asia, Europa del Este y América Latina, indica el reporte publicado recientemente.
El investigador Alvaro Piaggio, de HRF, escribe en el informe que “el periodismo en Cuba, una dictadura totalitaria, es un acto de desafío y Abraham Jiménez Enoa, fundador de la revista digital cubana El Estornudo y columnista del Washington Post, es un fuerte símbolo de ese desafío. Escritor prolífico, Jiménez es parte de la generación de Cuba que abrazó los pocos espacios en línea que el régimen permitió para la sociedad civil cuando Internet finalmente llegó a la isla a mediados de la década de 2010. Durante años, enfrentó acoso constante y se le prohibió salir del país por contar historias de la vida cotidiana en Cuba, no solo de la represión de décadas contra toda disidencia, sino de las horribles condiciones de vida de millones de cubanos. El régimen hace todo lo posible para censurar historias como estas; desmantelarían la narrativa de una sociedad idílica que han vendido al mundo exterior durante décadas”.
HRF recuerda que poco después de las históricas protestas contra el régimen del 11 de julio de 2021, durante las cuales miles de cubanos salieron a las calles para exigir la libertad, la dictadura lanzó una campaña de represión masiva, persiguiendo a todos los que participaron en las protestas y a los pocos periodistas independientes que cubrieron este acontecimiento.
Jiménez fue uno de ellos y tras fuertes amenazas de ser encarcelado, se vio obligado a exiliarse en España, recuerda HRF.
“La historia de Jiménez es la de cientos de artistas, activistas, periodistas y otros disidentes en Cuba. Años de secuestros, asesinatos de la reputación en la televisión estatal y amenazas diarias de violencia contra ellos y sus familias han culminado en la elección imposible de la prisión o el exilio. Los que permanecen en Cuba son obligados a guardar silencio o continúan soportando la persecución implacable de un régimen vengativo”, denuncia la organización internacional que vela por los derechos humanos.
Piaggio destaca también el caso de Camila Acosta, corresponsal de CubaNet y del diario español ABC, quien “fue secuestrada por fuerzas de seguridad del régimen y liberada días después”, algo que HRF considera como “una práctica común de la dictadura”. La entidad también denunció que el régimen reprodujo en la televisión estatal cubana una conversación telefónica privada de esta periodista con un medio de noticias con sede en Miami, para acusarla falsa y escandalosamente de ayudar a “neoterroristas”.
HRF además menciona el caso de Lázaro Yuri Valle Roca, periodista que también cubrió las protestas de 2021, quien “languidece en prisión tras ser condenado a cinco años por el delito orwelliano de difusión de “propaganda” antigubernamental”.
Martí
