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José Rubén Zamora: “los periodistas continuaron su labor, a pesar del miedo y la represión”

“Mi detención arbitraria expuso mejor que nunca la dictadura de corrupción en Guatemala, algo que en elPeriódico intentamos mostrar durante 30 años”

José Rubén Zamora Marroquín, ingeniero industrial, periodista, y empresario, pionero de la modernización de la prensa independiente en Guatemala y Centroamérica, está viviendo en su casa, aun vacía por la ausencia de sus familiares en el exilio, sus primeras dos semanas en libertad condicional “con mucha intensidad, abrumado y agradecido por la solidaridad, sin tiempo para racionalizar mi nueva normalidad”, después de haber permanecido 813 días en una celda en el sector de aislamiento en la cárcel Mariscal Zavala.

Acusado por el Ministerio Público que preside la fiscal Consuelo Porras, la dama de hierro del “pacto de corruptos” en Guatemala, por supuesto “lavado de activos y obstrucción de justicia”, ha sido objeto de una persecución política implacable que desembocó en el cierre de elPeriódico, el medio que fundó hace 28 años después de haber liderado Siglo 21, otro medio emblemático de la transición política guatemalteca inicios de los años 90.

El encarcelamiento también le provocó cuantiosas pérdidas y deudas económicas, el exilio de su esposa y sus hijos para evitar ser criminalizados, y visibles secuelas físicas y emocionales en su salud. De la cárcel recuerda el sonido metálico de la puerta de la bartolina, el asedio y los allanamientos nocturnos de los carceleros en los primeros días de prisión, y la invasión furtiva durante meses de centenares de gusanos e insectos, que le sacaban sangre por todos lados. Sin embargo, Zamora describe “su aislamiento y soledad como un aporte indispensable para una causa más grande. Mi detención arbitraria expuso mejor que nunca el régimen fascista y la dictadura de corrupción en Guatemala, algo que en elPeriódico intentamos mostrar durante 30 años”, resume el periodista, ganador del premio Gabo en Reconocimiento a la Excelencia 2024.

En una entrevista en el programa Esta Semana, que se transmite en el canal de YouTube de CONFIDENCIAL, debido a la censura televisiva en Nicaragua, José Rubén Zamora desmenuzó la batalla legal que aún sigue librando para reivindicar su inocencia, analizó la crisis política que enfrenta el presidente Bernardo Arévalo, también acosado por la Fiscalía, y habló del futuro del periodismo en Guatemala.

“Aunque mi detención arbitraria fue un ataque directo a la libertad de prensa y un mensaje de terror para los periodistas, es esperanzador ver que continuaron su labor a pesar del clima de miedo y represión”, remarcó Zamora.

La soledad de la prisión

¿Cómo sobreviviste esos 813 días en la soledad de la celda en la cárcel Mariscal Zavala?

Con humildad, paciencia y fe. Aprendiendo a ser feliz con lo que estaba a mi alcance y con la convicción de que mi aislamiento y soledad eran un aporte indispensable para una causa más grande.

Ha retratado a nuestros sistemas políticos desnudos y mostrado que son variaciones de dictaduras fascistas al servicio del narco, la corrupción y la impunidad.

Pasar 813 días en el área de aislados del centro de detención Mariscal Zavala me dio tiempo para leer y reflexionar. Con el tiempo, uno se adapta a su nueva realidad y aprende a vivir en paz con lo que tiene.

Es indescriptible cuánto extrañé a mi familia y cuánto aún la extraño, pero también me fortaleció saber todo lo que hicieron en mi ausencia. Sentí una profunda gratitud al ver el apoyo que recibí, tanto personal como para el periodismo, la libertad y la democracia en Guatemala, de mi familia, ciudadanos, organizaciones y países.

Mi detención arbitraria expuso mejor que nunca el régimen fascista y la dictadura de corrupción en Guatemala, algo que en elPeriódico intentamos mostrar durante 30 años.

¿Qué impacto ha tenido esta persecución contra el periodismo independiente en la sociedad guatemalteca y en Centroamérica?

En Guatemala había como una leyenda urbana. Un mito de que al único que nunca tocarían era a mí, que estaba protegido por las embajadas y por la comunidad internacional. En algunos años, quizás entre 1990 y 1996, posiblemente fue cierto. Tuve mucho acompañamiento. Sin embargo, era un mito que yo nunca negaba y me daba risa cuando me decían, pero yo sabía que no era cierto. Y finalmente el mito se rompió.

Lo más relevante es que reveló los abusos de poder en Guatemala y atrajo la atención mundial al país. Ciudadanos, periodistas y naciones libres y democráticas exigen respeto por la libertad, la democracia y la justicia. Aunque mi detención arbitraria fue un ataque directo a la libertad de prensa y un mensaje de terror para los periodistas, es esperanzador ver que continuaron su labor a pesar del clima de miedo y represión. Siguieron denunciando la corrupción y el abuso de poder, mostrando más colaboración y solidaridad en nuestro gremio que nunca. Esto demuestra que encarcelar periodistas no oculta, ni silencia la verdad.

Has estado ahora dos semanas en tu casa bajo libertad condicional, o bajo arresto domiciliario. ¿Cómo has vivido estos días?

Con mucha intensidad. Desde que entré a la casa, hubo una gran cantidad de visitas, vecinos que han venido con mucho respeto a dejarme desde claveles, comida, mil deferencias y gentilezas, no los conozco, pero se han manifestado con mucha euforia de verme afuera. He tenido días de cinco o seis diferentes grupos de personas que vienen a ver cómo me encuentro. No he tenido tiempo de poder racionalizar mi nueva normalidad. Cuando he tenido que ir a hacer alguna gestión al Ministerio Público, o he ido a alguna cafetería o cuando salgo a caminar mis diez kilómetros al día, la gente me para, me pide un abrazo como que si fuera un gran personaje. Eso me tiene un poco abrumado y asustado. Eso no nos pasa a nosotros los periodistas. Pero hay que agradecerlo y aprender a vivir con eso.

¿Esta medida sustitutiva te permite tener comunicación desde tu casa y te permite también salir y circular en la ciudad? Te pregunto esto porque en Nicaragua el régimen de “casa por cárcel” que se ha impuesto bajo la dictadura Ortega-Murillo, es de aislamiento total.

No, aquí tengo la capacidad para movilizarme dentro del departamento de Guatemala. No puedo salir a otro departamento, pero tengo absoluta libertad en la ciudad y su periferia.

Una cacería legal con delitos fabricados

Cuando se produjo tu captura hace más de dos años ya existían muchas señales de que había una decisión del Ministerio Público y un proceso en tu contra. ¿Podrías haber salido al exilio entonces para evitar esa detención?

La cacería se puso más peligrosa y llena de riesgos, los últimos siete meses. Fui a Miami a que me extrajeran el 47% del menisco. Recibí un mensaje de un informante donde me dijo: “Ingeniero, buenas noches. Quiero que lea el pantallazo siguiente”. En la pantalla decía: “Vamos a socar a Zamora. Vamos en busca de un hallazgo inevitable” y me explicó de qué caso se trataba y que el siguiente lunes iba a tener lugar un concepto que yo no conocía que existía, que es una “audiencia unilateral”. Una audiencia entre un juez a pedido del MP (Ministerio Público) donde el que presuntamente está imputado en la comisión de algún delito no participa.

El lunes siguiente me vine al país, elPeriódico sacó en primera página que se iniciaba una persecución penal en una audiencia unilateral, que iba a tener lugar a las 9:00 de ese lunes. La cancelaron y ahí empezó todo.

Tuve más o menos siete meses de estar enviando mis abogados de lunes a viernes a varias agencias del Ministerio Público, a preguntar si había algo que tuviéramos que desvanecer, o algo que aclarar. Me quisieron llevar primero por un caso que había sido archivado y dejado atrás en 2013. En el que a los que persiguieron fue a ejecutivos del Seguro Social que no tenían que ver con ese caso. Después me persiguieron, en el mes de enero, por haber publicado una “colaboración eficaz” donde era evidente como eran los mecanismos de corrupción en el despacho de la fiscal general, esa fue una “colaboración eficaz” que se filtró y yo la publiqué. Por haber hecho eso me quisieron llevar, igual por publicar el contrato de la compra de vacunas rusas que teóricamente se hizo con un contrato confidencial entre el Estado de Guatemala y los rusos, que era ilegal.

Tenía continuamente llamadas de gente diciéndome “mirá, hoy van por vos y sería importante que salgas para El Salvador. Te podemos llevar en un convoy de Suburban”, me lo ofrecieron el día antes de que vinieron por mí. Pero yo creí y estoy convencido de que tengo que estar aquí, dar la cara y cualquier cosa que me preguntan tiene explicación. Jamás pensé en irme.

La corrupción de Giammattei

Te acusaron por supuesto de lavado de activos y obstrucción de justicia. Dos años después, en este proceso que ha tenido varias audiencias, ¿la Fiscalía ha presentado alguna prueba que tenga validez?

Voy a compartir la sentencia que fue suspendida del Tribunal ante el que me acusaron. El Tribunal en su conclusión a través de la jueza presidenta dijo: “El Ministerio Público fue incapaz de probar que el origen del dinero era ilícito. Sin embargo, José Rubén Zamora fue incapaz de demostrar que el dinero era lícito”. Debo decirte que la carga de la prueba la tiene el Ministerio Público, no la tenía yo. Ellos no pudieron probar que era origen ilícito.

Ellos preguntaron a la IVE, la máxima autoridad y la única que conoce sobre el lavado de dinero en Guatemala. Especialistas, investigadores, gente excepcional que sabe hacer auditorías post mortem y le preguntó el MP si José Rubén Zamora o Aldea Global, que era la empresa editora del periódico o nuestra directora financiera, alguna vez habíamos cometido un lavado de dinero. La IVE le responde en una carta firmada por sus peritos especialistas al Ministerio Público: “desde que nació la IVE en 2004, hasta la fecha en que ustedes me están pidiendo información, que era 19 de agosto 2022 —por cierto, día de mi cumpleaños—,  ni José Rubén Zamora, ni Aldea Global, ni la directora financiera jamás han cometido la baja, nunca los hemos denunciado y entonces, por lo tanto, tampoco hemos ampliado denuncia contra ellos porque no ha tenido lugar”.

A pesar de ese intercambio de pruebas que estás señalando, se mantiene la acusación. ¿Confías en la justicia de Guatemala?

Me absolvieron de tráfico de influencias. Me absolvieron de chantaje. Presentaron a un individuo que aseguró que en el año 1994, yo hice una publicación de una entrevista sobre irregularidades en un banco del Estado. Y que era de dos páginas y en una tercera página el gerente del banco expresa categóricamente: “cuando nos percatamos de las irregularidades que eran reales, empezamos a abordar esos problemas y las terminamos”. Eso se publicó en 2008. El presidente del banco, que era el testigo, dijo que eso sucedió en 1994, cuando el presidente era Ramiro de León Carpio, que no existía elPeriódico y yo era responsable de Siglo 21.

Luego presentaron de testigo a un personaje que dijo que él me presentó una denuncia, no por chantaje, una por discriminación religiosa que no prosperó, pero jamás chantaje.

Hubo un tercer testigo que nunca me demandó de nada. Pero insinuó que yo le había pedido dinero en una ocasión que vino a mi casa con otros diez diputados. Había nueve testigos de que todos estuvimos juntos todo el tiempo. Entraron una hora y se fueron, y no tuve oportunidad de hablar con él a solas.

Lo más importante es lo que la jueza le dijo a la fiscal al terminar, le explicó por qué el tráfico de influencias era imposible. Y en cuanto al chantaje, le dijo: “mire, ustedes acusaron a Zamora de chantaje entre el 16 de julio de 2022 al 28 de julio, y usted me está trayendo testigos que no solo no hablan de chantaje, sino que son de entre ocho y veinte años antes. No hay chantaje”, le dijo. Y en cuanto al dinero, le explicó: “ustedes no probaron que es lavado de dinero”.

116 años en total me querían poner, eran 20 años por ocho columnas de opinión que escribí criticando a la fiscal general. Después, querían otros 20 años por agravantes, otros 20 años por abuso de poder. Abuso de poder es algo que se puede imputar solo a funcionarios públicos, no al resto de la sociedad ni a los periodistas.

El periodista guatemalteco José Rubén Zamora habla durante una entrevista con la agencia EFE en Ciudad de Guatemala. Foto: EFE/Mariano Macz

La Fiscalía alega que no te persigue por periodista, sino por empresario o por otra clase de acciones. Sin embargo, estás describiendo señalamientos sobre publicaciones periodísticas. ¿Quién está detrás de esta acusación en la Fiscalía y cuál es el motivo de fondo de esta persecución o esta acusación?

Sacamos más o menos unos 210 trabajos de investigación sobre (Alejandro) Giammattei y algunas columnas de opinión sobre él, sobre su pareja, su compañero afectivo.

La fiscal expulsó de Guatemala y sacó corriendo hasta la frontera a Juan Francisco Sandoval (fiscal especial contra la Impunidad) y yo la critiqué muy severamente. Fue un despido de una persecución ilegal. Y posteriormente la elección de fiscal general, donde ya fue reelecta, fue un proceso lleno de coacción y amenazas.

Y entonces tuvieron que elegir a la señora, la incluyeron en los seis candidatos que iban a llegar a la mesa del presidente para que él escogiera. Y ellos, después de votar, razonaron de por qué su voto, pero fue anómala esa elección, y yo lo hice ver en un trabajo periodístico y también como mi opinión personal.

¿Cuál ha sido el impacto de esta persecución y de tu encarcelamiento en elPeriódico, el medio que vos dirigías?

Destruyeron 200 puestos de trabajo de 200 colegas. Terminaron con mi patrimonio. Mis cuentas siguen embargadas. No puedo responder a los bancos que esperan que se les honre la plata que me prestaron antes de la pandemia.

elPeriódico no tenía deudas, nos endeudamos para sobrevivir la pandemia, y casi teníamos cubiertos los compromisos financieros. Sin embargo, ahora han crecido y también siguen congeladas las cuentas de elPeriódico. Eso dificultó mucho los pocos meses que duró después de que yo caí en la cárcel. Todavía tengo pendientes algunos acreedores.

Se destruyó la vida de mi de mi hijo menor, Ramón Ignacio, que era académico. Logré sacarlo un día antes de que los mismos 18 agentes que me vinieron a aprehender en mi casa, hicieron una allanamiento en la universidad donde estaba en clases para conducirlo. Afortunadamente, yo estando en tribunales me enteré, esperando una audiencia, que iba a capturar a mi esposa porque no habían logrado que yo aceptara los cargos. Desde que me llevaron me explicaron que si yo aceptaba todos los cargos y pedía perdón al presidente, a su pareja, si le pedía perdón al pueblo de Guatemala, a la prensa nacional y a la prensa internacional, que ese mismo día yo me regresaba a mi casa. Yo no estaba dispuesto a aceptar ningún cargo. Pedían a gente que capturaron junto a mí, vinculadas a mí, que aceptaran cargos, y que no importaba que yo me quedara. Sin embargo, después quisieron, meter a la cárcel a mi esposa y a mi hijo menor. Logré avisarles el día antes que había un último vuelo a medianoche a Nueva York y no sé cómo lograron comprar su tiquete y se fueron.

En el caso de ella hay una presunta imputación —aunque siempre desde el principio han aniquilado la inocencia— alegando que falsificamos las boletas de migración en el aeropuerto. No hay un solo caso en la historia de Guatemala sobre ese tema, y amenazan con cárcel.

La presidencia de Arévalo sitiada

Tu encarcelamiento movilizó a la prensa en Guatemala, en América Latina, en el mundo, que lo vieron como un símbolo de resistencia de la prensa en la lucha frente al poder. ¿Puede hoy la prensa independiente en Guatemala seguir investigando la corrupción y los abusos de poder?

Es complicado, el país ha sido como una montaña rusa con etapas de mucha libertad. Las fronteras las van expandiendo los propios periodistas y cada medio.

Ahora estás en un momento donde puede ser que saques alguna publicación periodística basada en hechos sobre corrupción y depende sobre quién estás hablando, te pueden llevar a la cárcel.

Hay justificado temor y mucho cuidado de ver que cosas es indispensable publicar, la gente está asustada.

Otros 14 periodistas tuvieron que irse de Guatemala porque sacaron un Twitter o algo en Facebook, en sus redes sociales, o publicaron algo escrito. Dijeron que eso era conspiración para obstrucción de justicia.

Mira, yo llegué a pensar que en algún momento aquí hay nuevas leyes, está la contra el crimen organizado. Entonces, se habla que dos o más personas se pongan de acuerdo para cometer delitos.

Estuvieron a punto de decir que los que votaron por el presidente Bernardo Arévalo eran una estructura criminal que se puso de acuerdo para votar por él. Eso es insólito, pero eso está sucediendo.

Ahorita el fiscal y la fiscal públicamente han dicho que (Arévalo) ha perdido su derecho de antejuicio, mucho menos en ir a primera audiencia y tampoco intermedia ni estar en juicio. Han aseverado públicamente que Arévalo es el funcionario más corrupto del Estado en Guatemala y ni siquiera lo han investigado porque no pueden.

Una de las primeras personas que te ha visitado en tu casa, ha sido el presidente Bernardo Arévalo, y mientras estabas preso y después se ha pronunciado en defensa de la libertad de prensa, objetando el proceso que se ha realizado en tu contra. Arévalo también es víctima de las acciones del Ministerio Público y esas estructuras de poder que en Guatemala llaman el pacto de corruptos. ¿Cómo ves el desenlace de esta crisis para la democracia en tu país?

Conocí a Arévalo la semana pasada, que me vino a visitar. Tengo la convicción que es un hombre decente, pero no tiene el suficiente peso legislativo, tampoco tiene influencia en el Poder Judicial. Yo le di mi apreciación.

Cuando a sus 15 días de tomar posesión, él tenía 80% popularidad, ahorita debe de ir su simpatía popular, el respaldo por un 55%. Él por sus limitaciones, pienso que lo que va a poder hacer es lo mismo que venían haciendo los otros Gobiernos con más transparencia y tratando de evitar la corrupción porque tiene instituciones minadas. Todos los presidentes atrás dejaron amigos y parientes inamovibles en el Estado. Entonces, él tiene gente de Sandra Torres, de (Jimmy) Morales, de (Alejandro) Giammattei. Entonces, tratará de ser lo más transparente. Pero la gente tenía muchas expectativas de que esa gente iba a salir del Gobierno. No las puede mover, va perdiendo por esa razón su popularidad.

Si él llega a tener 18% de popularidad, en ese momento le van a quitar el antejuicio y lo pueden llevar a bartolina, aislado, incomunicado, es un escenario que yo no descarto y que es posible.

El presidente, aparte de moderado es muy institucional, respeta las instituciones, aunque no sea un riesgo para los poderes fácticos, para las élites, que han manejado el país, para el crimen organizado, para las estructuras militares, si baja su popularidad, ellos se lo van a traer. Se lo comenté y me dijo muy sereno “tengo una misión y una estrategia y apoyos internacionales que me van a permitir terminar”. Cosa que yo también espero.

¿Qué salida tiene Guatemala dentro de esta crisis que estás describiendo: un presidente sitiado por las estructuras de poder. ¿La sociedad civil y los distintos movimientos sociales que apoyaron y que lograron, junto con la presión internacional, que se reconociera la victoria electoral de Arévalo, tiene alguna incidencia en esta crisis? ¿Se va a imponer el pacto de corruptos?

Cuentan con los recursos para colapsar con todo. Y creo que va a ser determinante quién va a ganar la presidencia en Estados Unidos. Trump ha dicho que países como Guatemala, el los considera shit holes si se acuerda de nosotros es para pensar que somos de hoyos de mierda, de estiércol. No les importamos. Pero, es cuestión de percepciones, la fiscal de las élites, también el fiscal Curruchiche van a sentir el día que se sepa que Trump ganó, que estoy seguro que Departamento de Estado en manos de Trump también se preocuparía por nuestros casos, sin embargo, la percepción aquí es que van a tener un cheque en blanco.

Si Trump gana el martes, el miércoles es posible que me regresen a prisión y estoy dispuesto a irme de vuelta. Pero si gana Harris van a ser más cuidadosos, quien gane allá va a tener mucho que ver con lo que pase aquí, más que la propia dinámica interna.

En Guatemala hay varios periodistas y también exfuncionarios de la justicia que se encuentran exiliados. ¿Pueden regresar al país?

Mientras esté la fiscal general, no pueden regresar a Guatemala. Es imposible. Tendrán que esperar. Falta como un año y cinco meses para que ella salga. Durante ese tiempo pueden venir, pero a enfrentar procesos arbitrarios, tiene que enfrentar que se les violen sus derechos, y que los atropellen y que tengan que ir a prisión, aislados, incomunicados.

Mientras estabas preso y se produjo el cierre de elPeriódico, surgió elPeriódicoInvestiga como plataforma digital y hay otros medios independientes que han seguido investigando la corrupción y desafiando el poder. ¿Qué futuro tiene la prensa independiente en Guatemala?

Tenemos que tener encuentros regionales y locales y ver algunos casos paradigmáticos de éxito de cómo lo han hecho en otros lugares, porque el reto es la transición a nuevas tecnologías, pero más fuerte aún es cómo dominar nuestro miedo, nuestra incertidumbre, e ir para adelante. Entiendo que elPeriódicoInvestiga funciona desde México, aunque la gente está reporteando aquí en Guatemala, espero que tengan éxito, es gente que trabajó conmigo, fueron mis colegas por 26 años, hay que recuperar la serenidad.

Ese periodismo independiente hoy en Guatemala, ¿está en soledad o cuenta con el acompañamiento de la sociedad, de las audiencias?

Están en soledad financiera. A mucha gente no le gusta la realidad, pero no reaccionan. Hay que trabajar mucho y encontrar cómo presentar las cosas, de suerte que se pueda en las audiencias privilegiar a la gente profesional sobre la gente que está hoy en día en boga y con más recursos haciendo que mentiras parezcan verdades.

Es increíble, electoralmente el fascismo yo pensé que había muerto, el fascismo tiene 4%. Pero representa el 95% del producto interno bruto y no hay disposición de apoyar medios independientes porque jamás han hecho suyos ni la democracia, ni la libertad, ni el debate público plural. No les gusta. Les gusta el corporativismo político, la autocracia y mantener la finca como de costumbre.

Es un desafío fuerte, pero tenemos referentes, tenemos casos icónicos, como el de tu papá (Pedro Joaquín Chamorro) que ha sido héroe mío y de mucha gente en el mundo y en la región como (Guillermo) Cano. Unos 88 periodistas asesinaron en Guatemala en la década de los ochenta, yo acompañé a algunos de ellos en la morgue, y los dejaba a 140 kilómetros de Guatemala, a las 10:00 de la noche, a entregar el cuerpo a la familia. Esos miedos y traumas los superamos, y de nuevo nos vamos a reinventar, vamos decirle otra vez no al poder, y no a los poderes establecidos.

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