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La lucha contra la desinformación en las elecciones argentinas

El 19 de noviembre la Argentina definirá quién será el presidente por los próximos cuatro años. Para llegar a esa instancia, ese país que cumple 40 años del regreso de la democracia pasó por un proceso de elecciones primarias en el mes de agosto, luego de elecciones generales en octubre y ahora va a la instancia de balotaje entre los dos candidatos más votados en esa última instancia: Sergio Massa de Unión por la Patria y Javier Milei de La Libertad Avanza.

La desinformación sobre los resultados electorales y micro fraudes han sido una constante en este proceso. “Desde las elecciones generales de octubre, hemos visto aun más desinformación”, afirma Ana Prieto editora en AFP Factual, el servicio de verificación digital en español de la Agencia France-Presse.

En octubre pasado, se instaló en la discusión pública una alerta no sólo para medios de comunicación, sino también para el sistema judicial y organizaciones de la sociedad civil. Inmediatamente después del acto eleccionario, se dio a conocer el escrutinio provisorio y circuló información de telegramas con ciertas inconsistencias y transcripciones equivocadas, un tipo de error que puede suceder en un primer conteo de votos pero que no implica que se haya cometido fraude. “El escrutinio provisorio no es sobre la totalidad de las mesas y el impacto sobre el resultado final en este caso fue irrelevante”, cuenta Hernán Gonçalves Figueiredo, secretario de Actuación Judicial.

En ese contexto, AFP Factual y Chequeado, a través de El Explicador de Reverso, trabajaron sobre las denuncias de fraude e informaron de manera estructurada que dichas inconsistencias habían afectado a las tres principales fuerzas políticas. “Esos datos provisorios se encuentran online, disponibles para la ciudadanía, lo que evidencia que es un proceso transparente”, reafirma Prieto. No obstante, usuarios muy prolíferos en redes han divulgado mensajes virales argumentando que se habría perjudicado en particular al candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei.

Estrategias virales que instalan la idea de fraude colocan en riesgo al sistema democrático. Y eso se observa en elecciones recientes en Sudamérica. Personas públicas como Fernando Cerimedo, un especialista en marketing digital y consultor político vinculado al ex presidente del Brasil Jair Bolsonaro y ahora a Javier Milei, se han encargado de divulgar información de supuesto fraude con relación a las elecciones presidenciales de 2022 en Brasil que consagraron de manera legítima a Luiz Inácio Lula da Silva. En esa oportunidad, Cerimedo expuso falacias de un supuesto fraude en un video grabado.

En un momento de tensión social y polarización política, Argentina está expuesta a un proceso similar que la vulnera en la desinformación. La Cámara Nacional Electoral trabaja desde hace semanas en una estrategia de prensa con medios locales, explicando el proceso electoral general y en qué consiste el escrutinio provisorio y el definitivo, siendo éste último el que se lleva a cabo con un documento de validez legal. Por otra parte, la Cámara ha convocado a diferentes actores, candidatos, plataformas digitales a cumplir con un compromiso ético digital. “Hemos convocado a directivos de medios tradicionales a expresar que lo que se está erosionando es la confianza pública en el proceso electoral”, explica Gonçalves Figueiredo.

A la estrategia de verificación de la información producida por Chequeado y AFP Factual, se sumaron otros estudios generados desde la sociedad civil organizada. EL CIDAC (Centro de Investigación para la Calidad Democrática) explicó en un documento online el recorrido de cada sufragio desde que es emitido por la ciudadanía y el proceso de cómo se contabiliza. En un cuadro, se exhibe la recolección de datos con base en los telegramas informados durante el escrutinio provisorio, en el cual se advierte que las fallas de conteo inicial no impactan en el escrutinio definitivo que se realiza con otra metodología y documentos como las Actas.

“Algo que he notado con las denuncias de micro fraude es que, si tuviéramos una mejor educación cívica que explicara de manera sólida el trabajo de un fiscal y de cómo funcionan los procesos de escrutinio, esta desinformación no penetraría tanto”, opina Prieto, quien además de editora en AFP Factual es consultora de IJNet. Esta reflexión se extiende a otros ámbitos, al medio ambiente, a la salud. “Con mejores formaciones científicas, sanitarias y cívicas no se colaría tan fácilmente la desinformación”, concluye.

La desinformación electoral coloca en alerta a periodistas y a la justicia electoral. Acciones de chequeo en redes sociales como TikTok requieren de particular atención. AFP verifica información en esa red mediante guardias en el equipo de trabajo desde el fin de semana anterior a la elección. Esa red tiene la particularidad de reproducirse con velocidad en X (ex Twitter) lo que abre un territorio fértil para noticias falsas. Por su parte, WhatsApp, una red cerrada y privada proclive también a la circulación de desinformación, es otro motivo de preocupación. Como no es posible tener incidencia en ella, la Agencia France-Presse cuenta con un número de WhatsApp, al que usuarias y usuarios de esa red cerrada pueden mandar información que consideren dudosa para verificar.

El periodismo es un servicio público y de responsabilidad cívica. Otras iniciativas de la sociedad civil como Poder Ciudadano, que defiende los derechos cívicos también intervienen en esta lucha contra la desinformación. Su director, Pablo Secchi tuvo una visibilidad notoria en redes sociales para deconstruir un supuesto fraude electoral. “Hay que dejar de agitar fraude tan fácilmente, ser mucho más responsables desde el periodismo y los partidos políticos. Y especialmente estudiar. Somos más de 30 millones de electores, hay más de 100 mil mesas. Los errores suelen ser frecuentes. Eso no significa para nada fraude”, publicó en X.

La última etapa electoral en Argentina será sin duda la más agitada y controvertida, y allí la lucha contra la desinformación debe mantenerse firme y sostener el proceso democrático argentino.

IJNET