Israel rechaza la acusación y pide a los palestinos una investigación balística y conjunta para saber de dónde procedió la bala.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos asegura que la periodista de Al Jazira, la palestina-estadounidense Shireen Abu Akleh, murió por un disparo de soldados israelíes el pasado 11 de mayo cuando cubría una redada contra milicianos palestinos en el norte de Cisjordania.
«Los disparos que mataron a Abu Akleh y que hirieron a su colega Ali Samudi provenían de las fuerzas de seguridad israelíes y no de tiroteos indiscriminados de palestinos armados», ha declarado la portavoz de esta agencia de la ONU, Ravina Shamdasani. Su informe -ha recalcado en Ginebra- se basa en las informaciones recabadas en su investigación incluyendo al Ejército israelí y al fiscal general palestino.
«No hemos hallado ninguna información que sugiera que hubiera actividad alguna de palestinos armados cerca de los periodistas», ha afirmado sobre el momento del disparo. Shamdasani ha exigido a las autoridades israelíes que lleven a cabo una investigación criminal. Según ella, «es profundamente inquietante» que aún no lo hayan hecho.
En su primera reacción, el ministro israelí de Defensa, Benny Gantz, ha vuelto a pedir a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) una investigación conjunta incluyendo «la entrega de la bala que alcanzó a Shireen».
«Solo podemos descubrir la verdad realizando una exhaustiva investigación balística y forense y no a través de investigaciones infundadas como la publicada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos», ha apuntado Gantz que expresó sus condolencias por la muerte de la conocida periodista. «El Ejército actúa para frustrar ataques terroristas contra israelíes al tiempo que toma todas las medidas posibles para evitar la muerte de civiles no involucrados», ha añadido.
La ANP ha afirmado que la ONU corrobora sus acusaciones según las cuales Israel asesinó a Abu Akleh. Su posición es compartida desde el primer momento por Catar, propietaria de la cadena de televisión en la que trabajaba desde 1997.
Hace un mes, el fiscal general palestino Akram al Jatib declaró que su investigación «demostró que los ataques contra Shireen Abu Akleh y los periodistas cercanos a ella fueron deliberados».
«El tipo de bala, el arma, la distancia, el hecho de que no había ninguna obstrucción a su visión y que llevaba una chaqueta de prensa (…) nos llevan a concluir que Abu Akleh fue objeto de un asesinato. Los únicos disparos fueron de las fuerzas de la ocupación con el objetivo de matar», concluyó el fiscal afirmando que el jeep militar se encontraba a 200 metros de los periodistas y las balas se dispararon a unos 170-180 metros de distancia.
Según la ANP, no hubo enfrentamientos armados entre efectivos israelíes y milicianos palestinos en el momento del disparo a la cabeza de Abu Akleh. La periodista, conocida por su defensa de la causa palestina y convertida tras la mañana del 11 de mayo en un símbolo de su pueblo, llevaba el chaleco antibalas con la palabra «prensa» y un casco protector.
La investigación realizada por «The New York Times» señaló esta semana que «lo más probable» es que la muerte se debió a disparos de soldados israelíes aunque no encontró indicios de que fuera un ataque deliberado. La CNN y Al Yazira también concluyeron que murió por la acción militar en Yenin.
Israel, por su parte, denuncia que el liderazgo palestino acusara de forma inmediata y sin ninguna prueba a sus soldados y critica que siga negándose a una investigación conjunta bajo la coordinación estadounidense para analizar la bala empleada. La investigación realizada por el Ejército indicó que sin la prueba balística «no puede establecer de forma concluyente» si el disparo procedió de uno de sus militares o de uno de los milicianos. «La muerte de la periodista Abu Akleh, que lamentamos, se produjo en un intercambio de disparos con palestinos armados en el marco de un operativo antiterrorista en Yenín tras una grave ola de atentados en las calles de Israel con 19 civiles muertos», dicen fuentes militares que rechazan la posibilidad de un ataque deliberado contra la periodista.
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«Tras las investigaciones sesgadas que se han presentado recientemente, el Ejército reitera una vez más su petición a los palestinos a compartir el acceso a la bala con la que murió la periodista palestina Shireen Abu Akleh», ha afirmado este viernes en un comunicado en el que denuncia que «el rechazo de los palestinos de entregar la bala y realizar una investigación conjunta es revelador de sus motivos».
24 senadores de Estados Unidos pidieron este jueves al presidente Joe Biden que su país participe en una investigación «exhaustiva y transparente».
El Mundo.