El Vellón – España.- El escritor y periodista José María Carrascal Rodríguez ha fallecido este viernes en su domicilio de Madrid a los 92 años. En tan sólo un mes habría cumplido 93 años. Fue el presentador de informativos de las grandes frases de despedida, el primero en introducir editoriales en un telediario, el periodista que entrevistó a Ronald Reagan cuando éste todavía era presidente y el reportero que narró la llegada del hombre a la Luna.
El periodista, conocido por sus coloridas corbatas y un estilo muy peculiar, vivía solo en su domicilio. Su cuerpo sin vida fue hallado esta tarde por un amigo, que avisó a los servicios de Emergencia. Los médicos del Summa confirmaron su fallecimiento.
José María Carrascal Rodríguez (El Vellón, 1930) se hizo popular en los años 90, cuando presentó las noticias de Antena 3 durante los primeros años de vida de la cadena. Antes había trabajado como reportero en Estados Unidos. Columnista del diario ABC, el periodista trabajó prácticamente hasta el último momento. El pasado martes escribió su última columna para el diario, Dos isabeles y una Leonor, con motivo de la jura de la Constitución de la Princesa de Asturias.
Sin duda, el periodista y escritor madrileño fue un referente para todo el sector audiovisual por su voz propia, por su estilo inimitable e, indudablemente, por sus corbatas. Tal y como él mismo contaba fue en Estados Unidos donde descubrió estas «corbatas con personalidad» que se convirtieron en su seña de identidad.
Historia del periodismo español, Carrascal entró en todos los hogares españoles en los 90 presentando en Antena 3 Noticias a las ocho, a donde llegó después de abandonar su corresponsalía en Estados. Poco tiempo después pasó a dirigir las Noticias de la noche hasta 1997, donde puso en práctica un estilo pausado y muy personal de contar las noticias y donde contaba incluso con un espacio editorial donde opinaba sobre las noticias más importantes del día.
De hecho, fue él el que introdujo en España las ahora ya tan habituales editoriales en los informativos televisivos. En aquellos tiempos cuando acababan de nacer las televisiones privadas y luchaban por arrebatarle el poder a la intocable televisión pública, Carrascal fue el primer presentador que en un telediario no sólo le dio un estilo único a la hora de narrar las informaciones sino que introdujo sus míticos editoriales tan copiados hoy por actuales presentadores de informativos, como es el caso de Vicente Vallés, también de la casa.
En una entrevista con la agencia Efe, Carrascal recordaba «el trauma» que supuso para él pasar de escribir crónicas a hablar directamente al espectador, pero reconoció la oportunidad que se le brindó al poder vivir en primera persona en Antena 3 el nacimiento de la televisión privada en España en 1989.
Tras su periplo en televisión, optó por dedicarse más a la prensa escrita, colaborando de forma habitual en los diarios La Razón y ABC, donde escribió su primera colaboración en 1958 y donde escribía en la actualidad. A sus más allegados siempre les dijo que él no era un hombre de televisión, sino un periodista al que le gustaba escribir y a eso dedicó su carrera hasta los últimos días.
Antes de afincarse en EEUU, José María Carrascal, el hombre que comenzó estudiando Filosofía y terminó graduándose en Naútica, vivió varios años en Berlín donde fue traductor y dio clases de español. No eran todavía los años 60 cuando a Carrascal le picó el gusanillo del periodismo, una picadura que no le abandonaría nunca. Comenzó entonces a trabajar como corresponsal en Alemania de los diarios Pueblo y Diario de Barcelona.
A mediados de los 60 cambió Alemania por EEUU donde continuó como corresponsal del diario Pueblo mientras obtenía el grado en periodismo por la Escuela Oficial. Y allí permaneció más de 20 años como corresponsal del diario ABC, de la televisión pública y de la cadena de radio Antena 3. Estaban a punto de llegar las televisiones privadas, pero Carrascal ya se había convertido en uno de los reporteros más valorados del panorama periodístico español.
Tras su paso por los informativos y algún otro programa como Todos somos humanos junto a Javier Sardá, Carrascal fue desapareciendo paulatinamente de los informativos de televisión, orientando su carrera periodística hacia la prensa escrita.
El veterano periodista ha cosechado a lo largo de su carrera numerosos reconocimientos tanto por su labor periodística como por su faceta como escritor, como el Premio Nadal (1972) y el Premio Ciudad de Barcelona, ambos por su novela Groovy. También escribió otras obras políticas e históricas, como La agonía del felipismo (1995), Franco. 25 años después (1999), La era Aznar (2000) o La historia de España que no nos contaron (2015).
Pero sin lugar a dudas el premio que más marcó a Carrascal fue el Mariano de Cavia, el más prestigioso de la prensa española, que recibió precisamente tras su entrevista a Ronald Reagan en 1986. Años después se sumaría también el premio Luca de Tena, que recibió por su trayectoria como escritor en periódicos.
Obtuvo también el Premio Antena de Oro de Televisión, el Premio Nacional Emilio Romero-Periodista del Año (1992) y el Premio Periodista Audiovisual (1993-94) de la Asociación Nacional de Informadores Gráficos.
Como decía Matías Prats, Carrascal era «un referente para todos, fue el que trajo la opinión» y «menudas se traía con el gobierno». Mítica fue aquella frase de uno de sus editoriales en la que el periodista dijo: «El gobierno que no gobierna». Así era Carrascal, un periodista al que no le apuraba reconocer que lo que aprendió de la televisión no sólo fue información sino también espectáculo.
Parafraseando su clásica y ya mítica despedida: «Nos vemos al filo de la medianoche».
El Mundo