Generic selectors
Solo coincidencias exactas
Buscar en el título
Buscar en contenido
Post Type Selectors

Mujeres periodistas en Pakistán superan barreras a pesar del acoso

por GHULAM SHABIR ARAIN

Solo el 5% de los periodistas en Pakistán son mujeres, y este año el país ocupa el puesto 150 de 180 países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras.

Las agresiones y la censura contra las mujeres periodistas contribuyen en gran medida al deterioro de la libertad de prensa en el país. Las periodistas paquistaníes son víctimas frecuentes de acoso, sobre todo en redes sociales. Los ataques incluyen insultos sexistas, amenazas de violencia e intentos de piratear sus cuentas en internet. El acoso no solo pone en peligro su seguridad, sino que también viola su derecho a la protección legal, afirman las periodistas.

Sin embargo, siguen adelante a pesar de todo para renovar el periodismo y las conversaciones nacionales. Sus coberturas, llenas de fuerza y determinación, desempeñan un papel esencial en el cambio de la sociedad pakistaní.

Barreras patriarcales y culturales

Muchos de los problemas con los que deben lidiar las mujeres periodistas en Pakistán tienen su origen en normas patriarcales y culturales. A menudo se cuestiona su competencia y hay reticencia a asignar a mujeres la cobertura de noticias difíciles. «Todavía prevalece el estereotipo de que las mujeres no pueden manejar temas difíciles», dice Sobia Saleem, periodista de la provincia de Sindh.

En Pakistán, las mujeres periodistas suelen quedar excluidas de las funciones directivas en el sector de los medios de comunicación, que mueve 2.000 millones de dólares. Las disparidades salariales y el omnipresente techo de cristal dificultan sus perspectivas profesionales en un contexto en el que las oportunidades siguen siendo escasas, sobre todo en las ciudades más pequeñas.

Aunque la mejora del entorno social y económico ha ayudado a las mujeres a buscar más oportunidades, sigue habiendo obstáculos, explica Atiya*, periodista de la provincia de Baluchistán. «Las limitaciones económicas y las normas sociales disuaden a las mujeres de entrar en este campo. «Algunas coberturas resultan imposibles por las complejidades tribales y las barreras sociales».

La falta de mujeres periodistas en Baluchistán, en particular, es sintomática de una mayor indiferencia hacia las mujeres en general y los problemas que las afectan. Desde 2007, la provincia se encuentra en estado de guerra, pero son escasos los relatos detallados sobre el sufrimiento de las familias, especialmente sobre las mujeres y los niños. Esto se debe en parte a las normas sociales que dificultan las conversaciones entre mujeres y hombres que no están emparentados.

Acoso

Entre 2019 y 2020, dos mujeres periodistas, Shaheena Shaheen y Urooj Iqbal, fueron asesinadas en Pakistán. Estas muertes provocaron ansiedad en el resto de las profesionales de los medios. Las condiciones de trabajo, las escasas prestaciones, como la baja por maternidad, y la falta de políticas contra el acoso en las redacciones también contribuyen a esta falta de seguridad, señaló Aneela Shaheen, periodista de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa. El acoso sexual también es frecuente, señaló Nadia Choudhary, experta en redes sociales en Pakistán.

Aunque las redes son plataformas para que las mujeres expresen sus opiniones, desarrollen sus marcas personales y perfeccionen sus habilidades profesionales, también las exponen a un creciente acoso en línea, dijo Choudhary. Esto se agrava en una sociedad en la que las opiniones conservadoras sobre el papel de la mujer están muy extendidas, añadió.

Recomendaciones

Las mujeres entrevistadas para este artículo destacaron que el apoyo de sus colegas, así como su propia iniciativa personal, han sido decisivos para ayudarlas a romper barreras.

Aneela Mehmood, de la provincia de Punjab que se dedica a temas relacionados con la mujer, la salud y los derechos humanos, dijo que su trayectoria se vio favorecida por el apoyo de colegas periodistas y medios. Su éxito en el periodismo es el resultado de años de trabajo duro, explicó, y añadió que se preocupa por ser objetiva en sus coberturas.

Aneela Shaheen, por su parte, cubrió el Reglamento Nizam-e-Adl de 2009, que impuso formalmente la sharia en el distrito de Malakand, en Khyber Pakhtunkhwa, y los efectos de la talibanización. Informar sobre temas tan delicados exige una investigación exhaustiva, junto con el apoyo de amigos y colegas, explicó. «Mi camino estuvo plagado de dificultades, pero el apoyo inquebrantable de mi familia, mis colegas y el Club de Prensa de Peshawar me impulsaron a seguir adelante», dijo Shaheen.

Las periodistas con las que hablé insistieron en la necesidad de respetar los principios periodísticos. «Explorar temas delicados exige una investigación meticulosa, consultas con las partes interesadas y precauciones de seguridad», afirmó Saleem.

El futuro

La educación, la tutoría y los cambios en el lugar de trabajo son importantes para que las mujeres avancen en los medios de comunicación, instó Saleem. Estas iniciativas pueden derribar barreras y amplificar sus voces. La formación práctica y las pasantías también deben ser parte de este esfuerzo, añadió.

Como parte de los planes de estudios, las universidades deberían preparar a las mujeres para los desafíos del mundo real. «Salvar esta brecha puede inspirar a las mujeres a volcarse al periodismo, desencadenando un viaje transformador y relevante», dijo Atiya.

Es importante que los medios aboguen por la inclusión y las políticas sensibles al género. Esto incluye respaldar las cuotas de género, la formación y los esfuerzos para eliminar los prejuicios, dijo Choudhary, añadiendo que hay que acabar con los estereotipos sobre lo que las mujeres periodistas pueden o no pueden informar, alentando así un panorama mediático equitativo en el país.

«La evolución del periodismo debe dirigirse hacia la inclusión, donde las diversas voces, en particular las de las mujeres, puedan prosperar con autenticidad y contribuir a un entorno mediático más equilibrado y representativo», afirmó Abdul Razaque Chhachhar profesor de estudios mediáticos en la Universidad de Sindh.

El trabajo de las periodistas paquistaníes es testimonio de su determinación y resistencia. «Incluso cuando trabajamos en historias duras y delicadas, podemos forjar un camino gratificante a través de la resiliencia, el trabajo duro y la inclusión», dijo Shaheen.

*Por razones de seguridad, Atiya pidió la omisión de su apellido.

ijnet