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Por Nikki Shaw
Los informes sobre desastres son cruciales para las personas afectadas por huracanes, tornados, incendios forestales y otros eventos.
Estar en primera línea, compartir historias de la vida real y comprometerse con una comunidad después de los desastres, así como estar atento a la salud mental de los periodistas, fue el tema principal de discusión en un panel en la conferencia de la Sociedad de Periodistas Ambientales en Tempe el 25 de abril.
Estas son tres conclusiones clave:
Conectar con la gente y mantener esas relaciones en las comunidades después de un desastre es una de las mejores maneras en que un periodista puede contar una historia. Yessenia Funes, editora general de Atmos, comentó que algunas fuentes le han dicho repetidamente que reunirse en edificios comunitarios después de un desastre y tener sesiones de escucha ayudó a los afectados. Interactuar con la emoción del entrevistado y compartir su historia enriquecerá la forma en que se cuenta.


El acceso mejorado que tienen los reporteros en algunas escenas de desastre puede brindar a las personas afectadas más información de la que tienen. Esto puede ser como conducir por una carretera con casas quemadas por un incendio forestal y compartir fotos o videos con los residentes de esa calle. Esto puede ayudar a las personas a planificar sus próximos pasos después de un desastre con mayor rapidez.
Priorizar la salud mental del periodista también es clave en la cobertura de desastres, tanto durante el evento como después. Los periodistas escuchan historias en tiempo real y las dificultades que han vivido las personas en el peor día de sus vidas, lo que puede perjudicar su propia salud mental. Hablar con otra persona, ya sea un colega, un familiar o un amigo, sobre la experiencia y dedicar tiempo a priorizar la salud mental y las necesidades propias puede ayudar a los periodistas.