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Periodismo, ¿una profesión condenada al fracaso?

LA OPINIÓN DE FRANCISCO SARSFIELD CABRAL

El sector se encuentra en una crisis como quizás nunca antes la haya sufrido. Pero el periodismo es de vital importancia para la democracia. Y la libertad democrática es decisiva para el periodismo, como vale la pena recordar en el 50 aniversario del 25 de abril. Es importante crear condiciones para que el periodismo no sea una profesión condenada.

Lisboa, Portugal.- El V Congreso de Periodistas se celebra en Lisboa, en un momento en el que la profesión está seriamente amenazada. La posibilidad de que títulos como Jornal de Notícias, Diário de Notícias o TSF, entre otros, se vean afectados por despidos colectivos demuestra que el sector se encuentra en una crisis como quizás nunca antes la haya sufrido.

En Portugal, es urgente encontrar fórmulas aceptables para apoyar a los medios de comunicación que son esenciales para una vida democrática normal, sin levantar sospechas de un ataque a la no menos necesaria independencia del periodismo. De hecho, el problema es común a todas las democracias.

Básicamente, se trata de crear condiciones para que el periodismo no sea una profesión condenada, porque es de vital importancia para la democracia.

De lo que ya se sabe sobre las dificultades que atraviesa Media Global Group, parece claro que la legislación portuguesa debería ser mucho más exigente en cuanto al conocimiento público de los propietarios de las empresas de medios y de sus capacidades como gestores de este tipo específico de empresas. , que no son iguales a los demás.

Por otro lado, este Congreso de Periodistas se produce cuando comienza la celebración del 50 aniversario el 25 de abril. Antes de esa fecha, en Portugal existía el periodismo, pero bajo prácticas democráticamente inaceptables, como la censura previa.

Sería bueno que de este V Congreso de Periodistas salieran mensajes recordándonos la importancia de producir información libremente. Sobre todo porque hacer buen periodismo pone de relieve lo que se perdió en casi medio siglo de censura previa. Es importante tener una idea de lo que significó esto para impedir que los ciudadanos estuvieran informados.

Entre nosotros, a veces escuchamos voces nostálgicas de la dictadura, que pueden resonar en millones de portugueses que, por su edad, no sabían lo que era hacer periodismo bajo ese régimen. También corresponde a los periodistas mantener viva esta memoria, para que no vuelva a ser realidad.