Asociación Mundial de Periodistas World Association of Journalists Association Mondiale des Journalistes

América • África • Asia • Europa • Oceanía

Generic selectors
Solo coincidencias exactas
Buscar en el título
Buscar en contenido
Post Type Selectors

“Qué malos son los medios de comunicación”

El antiperiodismo: el espectáculo de la tele que crea sentimiento de culpa
Viñeta de Efe SuárezEfe Suárez

“Qué malos son los medios de comunicación”. La culpa siempre es de la tele, de la prensa, de la radio, de los periodistas. Deformamos realidades y ansiamos influir. El mantra se repite constantemente. , continúa gritándose en manifestaciones y movilizaciones. Hay eslóganes que no evolucionan demasiado. Incluso en un tiempo en el que las nuevas plataformas y las redes sociales han democratizado como nunca la comunicación. Todo, o casi todo el mundo, puede acceder a un micrófono. No hace falta más que un móvil para ponerte a contar historias en TikTok, Instagram, Twitter, Youtube o Twitch.

Sin embargo, el problema sigue siendo de los medios de comunicación. Cierto es que la televisión mantiene su fuerza como electrodoméstico de masas y marca el relato desde sus magarzines y noticiarios. De hecho, los informativos reúnen millonarias audiencias frente a un pantalla que piensa que cuanto más conflicto más éxito de público. Así estamos muy intensos y poco profundos. Nos va el drama, vamos.

Y una de las dianas más fáciles contra las que arremeter es el poder visible de nuestros medios de comunicación, pues, para algunos, osan en decirnos qué, cuándo y cómo debemos pensar. Pero quizá, también, esta denuncia es demasiado paternalista con la sociedad. Como si la audiencia no fuera inteligente. Como si fuéramos excesivamente dóciles, crédulos y manejables.

Es evidente que hay ruidosos programas y canales específicos, convencionales y en plataformas de streamers, que no ejercen periodismo clásico y se ofuscan en batallas personales para debilitar al adversario que no casa con sus intereses, emociones y hasta pasiones. Pero es un atajo peligroso para la democracia usar la generalización de sentenciar a los medios de comunicación y quedarse ahí enquistados. Así tampoco se soluciona demasiado, sólo se consigue enfocar malos malísimos para sentirse mejor con uno mismo y hasta quizá superior al resto de “televidentes”. Error. Se debería ahondar más en el problema real: pensar sí como audiencia estamos dejando de ser espectadores críticos para convertirnos en meros creyentes. Que la realidad no estropee nuestras expectativas.

Estimular la conciencia crítica

Toca poner más el foco en aprender a digerir aquellos impactos informativos que recibimos, de los medios de siempre y de las redes sociales. Más que mirar boquiabiertos, intentar comprender. Huir del estado constante de emergencia y cuestionarnos la información imperativa, que va directa a la simplificación de la emoción vehemente del momento y termina siendo una arma de despiste masivo. No debería ser naif y utópico una sociedad que sabe quién pregunta, sabe quién responde.

La prioridad del buen periodismo no es convencer. Es retratar, delatar e inspirar con la perspectiva de la honestidad crítica. Y la prioridad del buen lector, espectador u oyente no es creer. Es descubrir con la conciencia crítica que impide quedarse pasmado, reducido a un auténtico consumidor que no es lo mismo que un ciudadano auténtico.

20MINUTOS

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *