El ecosistema de noticias locales en Estados Unidos ha entrado en una fase crítica y sostenida de contracción al alcanzar 213 condados sin ningún medio local —un máximo histórico— y otros 1.524 con un único proveedor informativo, lo que se traduce en unos 50 millones de personas con acceso limitado o nulo a información de proximidad.
En paralelo, se han registrado 136 cierres de periódicos en el último año —más de dos por semana— con un cambio de patrón respecto a años previos porque la mayoría de desapariciones ya no proceden de grandes cadenas, sino de cabeceras pequeñas e independientes, y el empleo en prensa desciende un 7% interanual hasta acumular una pérdida superior al 75% desde 2005.
Mientras, la audiencia digital de los cien principales diarios cae de media más del 45% en cuatro años y la retirada de financiación federal a la radiodifusión pública eleva el riesgo de que decenas de emisoras —en nueve condados son el único medio— reduzcan drásticamente su cobertura o cierren. Estas son solo algunas de las conclusiones del informe State of Local News 2025 de la Medill School of Journalism, que cada año radiografía la salud de la prensa local estadounidense, pero con implicaciones en todo el mundo.
El trabajo de Medill, que audita unos 8.000 actores de la información local —más de 5.400 periódicos, 685 nativos digitales independientes, 849 sitios integrados en redes nacionales, más de 650 medios étnicos y más de 340 radiodifusores públicos—, confirma que el mapa de desiertos informativos se ensancha de forma sostenida desde hace dos décadas.
La fotografía de 2025 corrige un tópico: la contracción no procede solo de las fusiones y cierres ejecutados por grandes grupos; ahora son editores familiares quienes se retiran por inviabilidad, a menudo tras décadas de anclaje comunitario. El retroceso no se compensa con la creación de nuevos proyectos: en cinco años han surgido más de 300 iniciativas locales —casi ocho de cada diez exclusivamente digitales—, pero se concentran en áreas metropolitanas y dejan atrás a territorios rurales y de menor renta.
El informe aporta además tres elementos con recorrido: primero, la vulnerabilidad creciente de las zonas donde la radio pública es la única fuente informativa, en un contexto de recortes federales a la Corporation for Public Broadcasting que dejan a estaciones con alta dependencia financiera sin colchón alternativo; segundo, un indicador adelantado de riesgo, elaborado por el Spiegel Research Center, que identifica 250 condados con probabilidad superior al 40% de convertirse en desiertos informativos en la próxima década; y tercero, un cambio estructural en los hábitos de consumo: menos papel —menos de una quinta parte de los diarios imprime siete días—, pero también menos tráfico web, con caídas de páginas vistas superiores al 45% en los grandes diarios, en parte por transformaciones en buscadores y la integración de inteligencia artificial generativa que reduce derivaciones a los sitios originales.
Elementos del caso estadounidense con lectura útil para España y América Latina
La evidencia de Medill sobre concentración geográfica de la oferta, fragilidad del editor local independiente y dependencia de ingresos no editoriales es extrapolable. En España y en países latinoamericanos, los síntomas comparables son: reducción o desaparición de cabeceras comarcales y semanarios municipales; centralización de redacciones en capitales de provincia o en áreas metropolitanas; debilitamiento de corresponsalías y de la crónica de proximidad; y un mosaico digital que crece en ciudades, no en áreas rurales.
En términos de estructura de ingresos, la presión sobre la publicidad local —comercio minorista, oficial, clasificados y patrocinios— coincide; y en distribución, la menor lectura en papel no se traduce en audiencia digital equivalente estable por el cambio en plataformas de búsqueda y sociales. El patrón de “brecha informativa y de conectividad” que subraya Medill —desiertos informativos y menor acceso a banda ancha de alta velocidad— también encuentra paralelismos en regiones de la España vaciada y en ruralidades latinoamericanas, donde la radio comunitaria o pública continúa siendo el soporte más resiliente.
Implicaciones de política pública y mercado aplicables fuera de Estados Unidos
— Alertas tempranas y cartografía de riesgo. El “watch list” de Medill para condados en riesgo puede replicarse con unidades territoriales propias (provincias, comarcas, municipios, departamentos): integrar variables de densidad, renta, conectividad, dependencia de un único medio y evolución de empleo periodístico permite priorizar actuaciones antes del cierre.
— Mecanismos fiscales y regulatorios neutrales. Experiencias estatales en EE UU como los créditos fiscales en Illinois para retención de periodistas sugieren que instrumentos horizontales (bonificaciones por empleo periodístico, desgravaciones a suscriptores, IVA superreducido a suscripciones locales, compensaciones por distribución) pueden sostener tejido sin seleccionar modelos editoriales.
— Reforma de los “avisos oficiales” y contratación pública. La decisión de un condado de retirar edictos precipitó cierres en EE UU. En España y América Latina, blindar la publicación plural y transparente de anuncios oficiales con criterios de reparto y auditoría ayuda a estabilizar ingresos en plazas pequeñas sin generar dependencia opaca.
— Radiodifusión pública y comunitaria como red de seguridad. Allí donde la radio o TV públicas son el único actor local, garantizar financiación estable y cooperación editorial con medios privados puede evitar “zonas ciegas”. La prioridad son territorios con un solo medio y baja base fiscal local.
— Fondos filantrópicos y redes de apoyo con criterio territorial. La distribución de grants en EE UU tiende a concentrarse en ciudades. Replicar fondos con cuotas mínimas para áreas rurales y periurbanas, acompañados de asistencia técnica, mejora la equidad territorial.
— Eficiencias compartidas. Hubs de servicios comunes (tecnología, publicidad programática local, gestión de membresías, legal y compliance, contabilidad) reducen costes fijos para microrredacciones; redes de contenidos locales con estándares de calidad —y separación estricta entre contenido original y agregación— evitan duplicidades.
— Diversificación de producto. El informe documenta el giro de diarios a menos días de impresión y a boletines y audio. En mercados hispanos, la combinación de newsletters de servicio hiperlocal, podcasts de distrito, bases de datos cívicas y agendas verificadas, con muros porosos y cuotas accesibles, ofrece ingresos recurrentes moderados y fideliza públicos.
— Medición y dependencia de plataformas. La caída del 45% en tráfico de grandes diarios coincide con cambios en buscadores y la IA generativa. Para mercados hispanos, limitar la exposición de ingresos a referenciadores únicos, reforzar SEO de “servicio” y apostar por hábitos directos (apps, boletines, WhatsApp Channels verificados) es una mitigación necesaria.
Datos clave del informe con interés transnacional
— 213 condados sin medios locales (206 en 2024) y 1.524 con un único medio; cerca de 50 millones de personas con acceso limitado o nulo.
— 136 cierres de periódicos en el último año; predominio de cierres en cabeceras pequeñas e independientes.
— Más del 75% de los empleos en prensa perdidos desde 2005; caída adicional del 7% en 2024.
— Descenso >45% de páginas vistas en cuatro años en 100 grandes diarios.
— Más de 300 startups locales en cinco años; 80% digitales y concentradas en áreas metropolitanas.
— 849 sitios locales integrados en redes nacionales, en aumento; su aportación de reporteo original local es desigual.
— 342 estaciones públicas con producción informativa local; en nueve condados la radio pública es el único medio; recortes federales amenazan a estaciones con alta dependencia del CPB.
— 250 condados en lista de vigilancia con >40% de probabilidad de convertirse en desiertos en una década.
Conclusiones operativas y extrapolaciones para España y América Latina
— Prioridad territorial. Identificar “municipios/partidos únicos” con un solo medio y activar paquetes ligeros: microbecas a reporteros locales, acuerdos de sindicación con radios públicas y comunitarias y soporte de tecnología editorial básica (CMS, analítica, cobros).
— Sostén al editor independiente. Programas de relevo generacional y compra-venta responsable de cabeceras comarcales, con cláusulas de mantenimiento de empleo y de continuidad editorial mínima, pueden evitar cierres por jubilación o salida forzosa.
— Incentivos a la primera suscripción local. Bonificaciones fiscales o cofinanciación temporal de la primera anualidad para hogares en zonas de baja densidad refuerzan base de ingresos sin distorsionar el mercado.
— Profesionalización del comercial local. Redes de venta conjunta de publicidad para micropymes, con tarifas transparentes y formatos de “guía de servicio”, reducen la fricción de captación en plazas pequeñas.
— Cobertura esencial y métricas cívicas. Establecer carteras mínimas de “información de servicio” —salud, educación, seguridad, movilidad, clima y precios locales— y medir éxito por utilidad pública (resolución de trámites, participación en cabildos/ayuntamientos, alertas tempranas) además de las métricas de alcance.
— Alianzas con universidades. Como en el modelo Medill, laboratorios universitarios y medios locales pueden codirigir proyectos de datos cívicos, prácticas remuneradas y auditorías de necesidades informativas, priorizando zonas con mayor riesgo de desierto.
— Resiliencia ante cambios de plataforma. Dado el impacto de IA generativa en el tráfico referido, reforzar canales directos (boletines, apps ligeras, señales RSS, sindicación a radios locales) y estándares de datos estructurados facilita descubribilidad y reduce dependencia.
LABORATORIO DE PERIODISMO
FUNDACION LUCA DE TENA