Rusia ha abierto una causa penal al periodista de EL MUNDO Alberto Rojas bajo una acusación falsa. Moscú asegura que el informador pisó suelo ruso sin el debido permiso. Sin embargo, tal y como refleja el reportaje publicado por este diario el pasado sábado bajo el título Viaje a la frontera de Kursk, la última pesadilla de Putin: «Siento la adrenalina pero trato de comportarme como un robot», el informador trabajó en todo momento en suelo ucraniano.
EL MUNDO manifiesta que las acusaciones son rotundamente falsas y defiende el trabajo de su reportero, siempre en territorio ucraniano.
Otro periodista de este diario, Xavier Colás, fue señalado por Rusia en 2024. Moscú decidió no renovar el visado del enviado de EL MUNDO, obligado a abandonar el país en 24 horas, en marzo del año pasado, semanas después de que la policía acudiese a su casa. Esto ocurrió en el contexto de las elecciones y tras meses de presión del Kremlin sobre periodistas extranjeros.

El Comité de Instrucción de Rusia ha anunciado hoy un caso penal contra el periodista: «La investigación estableció que en febrero de 2025 Rojas cruzó ilegalmente la frontera estatal con militares de las Fuerzas Armadas de Ucrania sin documentos que le permiten entrar en territorio de la Federación de Rusia», dice la nota oficia colgada en Telegram.
«La investigación está tomando medidas para determinar el paradero de Rojas y detenerlo. Durante la investigación del caso penal se establecerán todas las circunstancias del delito cometido por Rojas y se realizará una evaluación penal y legal de sus acciones», informó el Comité de Investigación de la Federación de Rusia.
Una acusación totalmente falsa puesto que el periodista no llegó a pisar en ningún momento suelo ruso, como explica él mismo en el reportaje: «El viaje hasta este lugar no tendrá nada de tranquilo. Las instrucciones son claras: no podremos pisar territorio ruso, aunque llegaremos a la frontera, y no podremos fotografiar nada que pueda ser geolocalizable»
«Estamos en la frontera entre Sumy (Ucrania) y Kursk (Rusia), en uno de los frentes más activos y lo visitamos durante la batalla que puede decidir cómo se termina esta guerra», dice el texto de Rojas.
EL MUNDO