por JAMAIJA RHOADES
Durante el mandato de los talibanes en Afganistán de 1996 a 2001, las mujeres estuvieron confinadas a sus casas y no se les permitió asistir a la escuela o trabajar en la mayoría de los empleos. Tenían un acceso restringido a la sanidad, y no podían circular en espacios públicos sin acompañante masculino.
Anisa Shaheed, quien creció en el valle de Panjshir, en el noreste del país, fue testigo directo de la represión de los talibanes contra las mujeres. “Era muy difícil estudiar y trabajar en un país en guerra”, dice.
Shaheed ha dedicado su carrera periodística a enfrentar esa opresión, con un ímpetu renovado desde la reconquista del país por parte del grupo extremista en 2021. “El pueblo de Afganistán, especialmente las mujeres, vive bajo la sombra de los talibanes; un grupo que viola los derechos de la gente”, dice Shaheed, quien vivía en Kabul antes de abandonar el país el año pasado.
En reconocimiento al trabajo oportuno e incisivo que ha llevado a cabo a lo largo de su carrera, Shaheed es una de las ganadoras de 2022 del Premio Internacional de Periodismo Knight, otorgado por el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ). “Quería estar presente donde hubiera un problema, y hacer llegar esa voz y esas noticias”, señala. “Ese era mi deseo, y lo hice”.
Sus primeros años
Después de que los talibanes perdieran el poder tras la invasión estadounidense de Afganistán en 2001, Shaheed pudo estudiar periodismo en la Universidad de Kabul. Consiguió su primer trabajo en el periódico Cheragh Daily antes de pasar al canal de televisión independiente TOLOnews en 2009.
Desde entonces, Shaheed se ha consolidado como una de las periodistas televisivas más notables del país, cubriendo la situación de las mujeres, denunciando injusticias y exigiendo transparencia a los gobernantes.
En 2016, Shaheed entrevistó a un alto funcionario afgano, Ahmad Ishchi, tras denunciar que había sido secuestrado y abusado sexualmente por orden del vicepresidente del país, el general Abdul Rashid Dostum. Las acusaciones provocaron una protesta pública y se presentaron cargos contra Dostum, quien se exilió.
Amenazas
A pesar de los riegos para su seguridad y bienestar, Shaheed ha contribuido a redefinir lo que significa ser mujer periodista en Afganistán. “La gente me dice, ‘¿cómo es que todavía vas a trabajar? ¿Vas a salir otra vez?”, contó en una entrevista con PBS NewsHour. “Cuando sales a la calle no sabes desde qué dirección puede venir alguien a matarte”.
Los talibanes mataron a siete colegas de Shaheed en un bombardeo hace varios años, contó entonces. “Trabajé en Afganistán durante más de una década; en un país en guerra que, en los últimos años, fue declarado el más sangriento para los periodistas”.
La situación es especialmente difícil para las mujeres, explicó. “Los problemas de seguridad, los problemas sociales y los problemas familiares hacen que sea muy difícil para las mujeres periodistas”.
El compromiso de Shaheed con su trabajo no fue distinto cuando el COVID-19 arrasó a principios de 2020. Se aventuró a ir a los hospitales para aprender más sobre la enfermedad y compartir información sanitaria con su comunidad, cuando otros estaban en cuarentena en casa.
Su cobertura ayudó a los ciudadanos afganos a comprender mejor los retos que planteaba el nuevo coronavirus, al tiempo que exigió a los funcionarios rendir cuentas sobre cómo estaban gastando los fondos de ayuda.
“Cuando fui al hospital para pasé horas hablando con pacientes, familiares y médicos. Escuché las historias de todos, y con ello quise hacer entender a la gente que no debían entrar en pánico”.
El regreso de los talibanes
Desde que los talibanes recuperaron el control de Afganistán en 2021 tras la retirada militar de Estados Unidos, las condiciones para los periodistas y las mujeres del país se han deteriorado considerablemente. Shaheed se refugió en Estados Unidos.
Hoy, a más de 11.000 kilómetros de distancia, sigue cubriendo su país natal como periodista independiente. Su compromiso con la creación de un camino para otras mujeres afganas, y especialmente para las periodistas, no ha flaqueado.
Trabajando ahora desde el extranjero por un mejor trato a los ciudadanos de Afganistán, Shaheed espera que las circunstancias cambien pronto a mejor.
“Deseo que un día las hijas de Afganistán tengan derecho a la educación, las mujeres tengan derecho a trabajar, tengan derecho a vivir y que la gente de Afganistán pueda caminar en paz por las calles”, concluye.
Únete al Tributo a periodistas del ICFJ el 10 de noviembre, en persona o virtualmente, para honrar a Shaheed y otros destacados periodistas.
Imágenes cortesía de Anisa Shaheed.
ijnet