Por: Luzimar Collares
El avance de las redes sociales en los últimos años ha traído una serie de cambios en el comportamiento de las personas y en la forma de comunicarse entre sí. Uno de estos cambios es el mayor espacio para que todos puedan expresar su opinión y comentar cualquier cosa. Decir lo que piensas, estar de acuerdo, no estar de acuerdo… ¡eso es bueno, sin duda!
En la Antigua Grecia existía una tradición de debates en la plaza pública, sobre todos los temas, y las discusiones apoyaban las decisiones de los gobernantes. Los ciudadanos tenían iguales derechos de voz y voto . Esto se convirtió en la base de la democracia.
Volviendo a los tiempos actuales, internet ha sustituido a la plaza pública de los antiguos griegos. El problema es que los debates a menudo carecen de civismo y el intercambio de ideas se convierte en un intercambio de insultos . Lo que vemos es que el entorno virtual y las redes sociales se han convertido en un escenario de guerras de palabras, en lugar de comunicación constructiva.
Tener opiniones diferentes es saludable, pero el desacuerdo debe expresarse de manera elegante y educada. Pero eso no es lo que se ve a menudo en las redes sociales. Una opinión diferente o algo que no agrada al internauta puede ser el detonante de una tormenta de ofensas .
Tan dañinos como los comentarios llenos de odio son los rumores, las fake news, las famosas fake news , esos mensajes que una persona transmite a otra hasta el punto de que nadie sabe dónde empezó todo.
Se colocan nombres falsos, datos falsos sobre hechos distorsionados. Y con el avance de la tecnología y el uso de la inteligencia artificial, incluso es posible combinar cualquier discurso con un vídeo existente. El daño es incalculable cuando las personas dan opiniones basadas en datos e información que no son más que la invención de personas creativas que pasan horas tejiendo sus redes de noticias falsas.
Debatir, discutir, intercambiar ideas, escuchar a quienes piensan y son diferentes a nosotros son actitudes que nos hacen más humanos. Difundir rumores y propagar discursos de odio basados en inventos llegados de los confines de Internet sólo nos hace retroceder, haciéndonos menos humanos del nivel que deberíamos haber alcanzado después de tantos años de evolución.
Para que tu comunicación no se convierta en un instrumento de odio y discordia, reflexiona antes de compartir un contenido, expresar una opinión o realizar un comentario . Hay ocasiones en las que el silencio es la mejor forma de expresarse y esto sin duda evitará malestares y desacuerdos.
Primera Página