Asociación Mundial de Periodistas World Association of Journalists Association Mondiale des Journalistes

América • África • Asia • Europa • Oceanía

Generic selectors
Solo coincidencias exactas
Buscar en el título
Buscar en contenido
Post Type Selectors

La atmósfera registra una subida sin precedentes de gas metano, uno de los tres gases del cambio climático

El último estudio de la Organización Meteorológica Mundial muestra valores históricos de las emisiones de efecto invernadero Los expertos estudian el mayor incremento del CH4 en 40 años y apuntan a una posible contribución de los humedales ¿Qué es el metano y por qué incluye en el calentamiento global?
Planta de gas

Isabel Miranda

Los principales gases de efecto invernadero han alcanzado una nueva concentración récord en la atmósfera, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). En 2021 se detectó un 149% más de dióxido de carbono en la atmósfera, un 124% más óxido nitroso y hasta un 262% más de metano que en la época preindustrial. Es precisamente el comportamiento de este último gas el que más asombra a los científicos, ya que la OMM ha registrado el mayor aumento interanual en su concentración desde que comenzaron las mediciones hace 40 años. Hay varios posibles ‘culpables’, pero los científicos no tienen certezas.

Casi 200 países de todo el mundo se han comprometido a frenar los peores impactos del cambio climático en forma de olas de calor, lluvias torrenciales o aumento del nivel del mar. El camino para lograrlo es la reducción de los gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono (CO2), pero también el metano (CH4). Pero aunque las emisiones cesaran hoy por completo, estas permanecerían en la atmósfera durante años, ya que tardan décadas e incluso siglos en degradarse.

«El continuo aumento de las concentraciones de los principales gases que retienen el calor y la aceleración sin precedentes de la acumulación de metano en la atmósfera muestran que vamos en la dirección equivocada», ha asegurado este miércoles el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, tras la publicación del boletín.

Incremento desde 2007

METHANE GROWTH

El metano, el segundo gas que más contribuye al cambio climático por detrás del dióxido de carbono (CO2), se ha convertido en una preocupación creciente para los expertos en clima. Es responsable del 25% del aumento de la temperatura global y, desde 2007, la concentración media mundial ha crecido a un ritmo acelerado. En los dos últimos años, incluido el de la pandemia, los incrementos han sido los mayores desde que se iniciaron las observaciones sistemáticas de este gas en 1983, según la OMM.

El metano tiene muchas fuentes posibles. Deriva de la explotación de combustibles fósiles, pero también de la actividad ganadera y de procesos naturales como la descomposición de la materia orgánica en humedales. También se encuentra ‘atrapado’ en el permafrost (el suelo permanentemente helado) y en depósitos submarinos del Ártico, que con el aumento de las temperaturas corren el peligro de ser liberados a la atmósfera. Y no es un gas inocuo. Es más potente que el CO2 para atrapar el calor, aunque se degrada más rápidamente, ya que la mayor parte desaparece en una década, a diferencia del CO2, que puede durar cientos de años.

Posibles fuentes

La OMM baraja varias vías que expliquen el rápido incremento del metano: desde los humedales en los trópicos a otras fuentes antropogénicas en las latitudes medias del hemisferio norte. «Son las causas probables de este aumento reciente», dice el informe.

METHANE

Casi 200 países de todo el mundo se han comprometido a frenar los peores impactos del cambio climático en forma de olas de calor, lluvias torrenciales o aumento del nivel del mar. El camino para lograrlo es la reducción de los gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono (CO2), pero también el metano (CH4). Pero aunque las emisiones cesaran hoy por completo, estas permanecerían en la atmósfera durante años, ya que tardan décadas e incluso siglos en degradarse.

«El continuo aumento de las concentraciones de los principales gases que retienen el calor y la aceleración sin precedentes de la acumulación de metano en la atmósfera muestran que vamos en la dirección equivocada», ha asegurado este miércoles el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, tras la publicación del boletín.

Incremento desde 2007

El metano, el segundo gas que más contribuye al cambio climático por detrás del dióxido de carbono (CO2), se ha convertido en una preocupación creciente para los expertos en clima. Es responsable del 25% del aumento de la temperatura global y, desde 2007, la concentración media mundial ha crecido a un ritmo acelerado. En los dos últimos años, incluido el de la pandemia, los incrementos han sido los mayores desde que se iniciaron las observaciones sistemáticas de este gas en 1983, según la OMM.

El metano tiene muchas fuentes posibles. Deriva de la explotación de combustibles fósiles, pero también de la actividad ganadera y de procesos naturales como la descomposición de la materia orgánica en humedales. También se encuentra ‘atrapado’ en el permafrost (el suelo permanentemente helado) y en depósitos submarinos del Ártico, que con el aumento de las temperaturas corren el peligro de ser liberados a la atmósfera. Y no es un gas inocuo. Es más potente que el CO2 para atrapar el calor, aunque se degrada más rápidamente, ya que la mayor parte desaparece en una década, a diferencia del CO2, que puede durar cientos de años.

Posibles fuentes

La OMM baraja varias vías que expliquen el rápido incremento del metano: desde los humedales en los trópicos a otras fuentes antropogénicas en las latitudes medias del hemisferio norte. «Son las causas probables de este aumento reciente», dice el informe.

«No sabemos por qué el crecimiento del metano fue tan fuerte en 2020 o 2021. Este fuerte crecimiento reciente hace que sea más difícil alcanzar los objetivos del Acuerdo de París y subraya la necesidad urgente de todos los países, incluidos China e India, los dos mayores emisores de metano, se unan al compromiso mundial de metano», asegura a ABC el profesor Euan Nisbet, del Royal Holloway Universidad de Londres.

Para Pep Candell, director del Global Carbon Project, un consorcio científico mundial que estudia el ciclo de carbono, todo apunta a que el aumento de los últimos años responde a «procesos biológicos« y no a un aumento por «la minería de carbón o de la industria del gas, estas últimas a través de lo que llamamos emisiones fugitivas asociadas a la extracción del gas, transporte y uso», explica a ABC.

Dentro de estas posibles fuentes biológicas, los principales candidatos serían los humedales o el ganado (vacas, ovejas, cabras). El primero sería un aumento de emisiones naturales, el segundo sería de actividades humanas. «Actualmente creemos que el candidato más importante son los humedales. No es posible aumentar tan rápidamente el número de cabezas de ganado para justificar el aumento visto, y las estadísticas de la FAO confirman que no hemos tenido un aumento explosivo de ganado«, explica Canadell.

Solo 24 países cumplen la promesa de mejorar este año sus planes climáticos

En la Cumbre del Clima de la ONU del año pasado, casi 200 países acordaron revisar y fortalecer sus planes contra el cambio climático. Desde entonces hasta ahora solo 24 lo han hecho, y la mayoría son países africanos o latinoamericanos, según un informe publicado este miércoles por la agencia de Cambio Climático de la ONU. «Es decepcionante», ha dicho Simon Stiell, secretario ejecutivo del ente. El informe muestra que los países han mejorado algo su lucha por reducir las emisiones de efecto invernadero, ya que por primera vez a partir de 2030 se contempla una disminución global de las emisiones. Pero los esfuerzos siguen siendo insuficientes. Hoy las promesas de 193 países sitúan al mundo en la senda de alcanzar 2,5 grados centígrados de calentamiento para finales de siglo, un rango que multiplicaría los impactos catastróficos de inundaciones, olas de calor o aumento del nivel del mar.

Los humedales son muy sensibles a los aumentos de temperatura y de lluvias. El informe, además, apunta a que fenómenos climáticos como La Niña pueden impulsar el aumento de las emisiones de metano de los humedales tropicales. Y el planeta está sumido en un episodio de La Niña desde 2020.

«Lo que es preocupante es el ritmo del crecimiento reciente: es posible que estén operando retroalimentaciones climáticas, que el calentamiento esté alimentando el calentamiento», dice Nisbet.

Dixido de carbono

  Carbon Dioxide

«Existen estrategias rentables para hacer frente a las emisiones de metano, especialmente las del sector de los combustibles fósiles, y deberíamos aplicarlas sin demora«, ha dicho Taalas. Sin embargo, ha recordado que »la prioridad principal y más urgente es reducir las emisiones de dióxido de carbono, que son la causa principal del cambio climático y de los fenómenos meteorológicos extremos asociados y repercutirán en el clima durante miles de años, al inducir la pérdida de hielo polar, el calentamiento de los océanos y el aumento de nivel del mar».

El dióxido de carbono atmosférico alcanzó en 2021 el 149 % de los niveles preindustriales, principalmente a causa de las emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento. Las emisiones mundiales han repuntado desde que terminaron los confinamientos por la pandemia. Del total de las emisiones causadas por actividades humanas durante el período 2011-2020, cerca del 48 % se acumularon en la atmósfera, el 26 % en los océanos y el 29 % en la tierra.

ABC

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *