Por Katherine Pennacchio
Los periodistas locales están en contacto directo con los hechos y las fuentes, lo que puede llegar a ser un arma de doble filo. Por una parte, la cercanía permite un mayor entendimiento y creación de relatos más acordes con la realidad pero, por otro lado, se asumen mayores riesgos físicos y económicos.
En la actualidad hay una tendencia desde el periodismo a recuperar la cercanía y la relación emocional con la sociedad volteando de regreso hacia lo local e hiperlocal, esto como consecuencia a la crisis de credibilidad que sufren los medios masivos por la falta de empatía y descuido de sus audiencias; así expresa la periodista Olga Lucía Lozano en el libro “Innovación y periodismo local en América Latina” desarrollado por la Fundación Gabo y Google News Initiative.
Debido a esta crisis, son incontables los medios locales y las nuevas iniciativas independientes dirigidas a nichos específicos que han surgido en los últimos años en Latinoamérica. Sin embargo, los periodistas que trabajan en ellos viven diariamente retos muy diferentes a sus contrapartes en las capitales.
LatAm Journalism Review (LJR) consultó a periodistas alrededor de Latinoamérica, que forman parte tanto de medios tradicionales locales como de emprendimientos digitales hiperlocales, para conocer los pros y contras a los que se enfrentan ejerciendo la profesión periodística lejos de las grandes ciudades.
Pros
Contacto directo con la fuente
Una de las ventajas del periodismo local es la proximidad y el fácil acceso a las fuentes. La periodista colombiana y fundadora de la Contratopedia Caribe, Tatiana Velásquez, ejerce su profesión desde Barranquilla (ubicada a más de mil kilómetros de Bogotá, capital de Colombia).
“Lo más maravilloso de hacer periodismo regional es poder estar en contacto directo con los hechos, sin la intermediación que puede haber cuando se reportea desde Bogotá”, dijo Velásquez a LJR. “Por ejemplo, si estás en Bogotá y necesitas entender por qué hay un problema de alimentación en una determinada comunidad, se debe hacer toda una logística adicional para desplazarse y contactar a fuentes que ayuden a entender el hecho. Cuando estás en las regiones, cubriendo como parte de tus rutinas de trabajo los hechos, no sólo tendrás contacto directo con las fuentes sino que te será más fácil entender el hilo narrativo e informativo de la historia”, explicó la periodista.
En este punto coincide el periodista Adrián Pino, cofundador de Datos Concepción, un proyecto local al norte de Argentina que promueve el periodismo y la apertura de datos.
“La ventajas del periodismo local son el fácil acceso a la fuente, disponibilidad de información y tener una percepción de los problemas cotidianos con más facilidad”, dijo Pino a LJR.
El acceso a ciertas fuentes, desde el ámbito local, también ha mejorado como consecuencia de la pandemia. Para los periodistas locales ahora es más sencillo hacer temas con un enfoque nacional o contactar a fuentes expertas, sin importar el lugar donde se encuentren. “La pandemia ayudó en el contacto de fuentes que antes solo se podían tener en persona. Ahora mucho se puede hacer por zoom o por teléfono”, dijo a LJR la periodista Alejandra Padilla, radicada en Puebla, México, cofundadora del medio digital Serendipia.
Agenda diferente
Padilla empezó su carrera periodística en la Ciudad de México siempre teniendo un enfoque nacional. Al trasladarse a una localidad más pequeña comenzó a ver otras maneras de ejercer la profesión. “El pro de trabajar fuera de la capital es que conoces otra agenda, te abres a otros temas y a otras maneras de hacer las cosas”, comentó.
Esa proximidad con el entorno y la comunidad que tiene el periodismo local puede ayudar a acercar temas complejos que parecen lejanos o ajenos a las grandes ciudades. “Las regiones nos dan el relato local que sirve como radiografía del país entero”, dijo a LJR la periodista venezolana María Ramírez Cabello, quien ejerce la profesión desde el sur de su país.
“La diferencia y lo hemos visto por años en Venezuela es que en las regiones las crisis se viven por adelantado, de modo que son más profundas. Hacer periodismo en ese contexto de cercanía con la realidad es una ventaja. El periodista no llega a la región, hace la cobertura y se va. El periodista vive lo que ocurre, lo padece y de su propio entorno surgen historias”, agregó Ramírez.
Contras
Mayores riesgos
Hay un refrán que dice “pueblo pequeño, infierno grande” que indica que en los pueblos, o en los sitios pequeños, donde todos se conocen circula con más rapidez la información negativa. Esto aplica también al periodismo.
“En el periodismo a nivel local puede que algunas fuentes no quieran hablar porque hay mucha cercanía, mucho parentesco y en general la gente se conoce. Sobre todo cuando haces periodismo de investigación, se hace complicado obtener testimonios o denuncias”, explicó Pino. Y es que los periodistas locales, y sus fuentes, se ven expuestos a riesgos que pueden incluir intimidaciones políticas, amenazas por parte de bandas criminales o grupos al margen de la ley, etc.
“Al cubrir determinados temas quedas más expuesto, en términos de seguridad. Es mayor el riesgo cuando estás en el mismo territorio a que si reporteas por unos días y te vas a Bogotá o a otra ciudad. Cuando se vive en la misma región donde se trabaja, sobre todo en un país como Colombia, hay riesgos mayúsculos”, dijo Velásquez al enumerar los aspectos negativos del periodismo local. “En Colombia, que por décadas ha sido territorio inseguro para el ejercicio periodístico, cualquier amenaza por muy sencilla que se vea no es para tomarla a la ligera”, agregó.
Para minimizar los riesgos los periodistas consultados recomiendan capacitarse en cómo hacer reportería en entornos hostiles, usar aplicaciones de geolocalización al hacer trabajo de campo, limpiar equipos electrónicos (teléfonos, laptops, etc.) con regularidad, usar aplicaciones encriptadas para comunicación por mensajería o correo electrónico, seguir prácticas periodísticas responsables, entre otras.
Dificultades para acceder a financiamiento
Otra dificultad al momento de hacer periodismo local e hiperlocal es el acceso al financiamiento. El mercado publicitario y comercial es pequeño y las oportunidades de subvenciones no son constantes.
La periodista Raquel Zapien, directora y fundadora de Son Playas, un medio de periodismo ambiental en Mazatlán (México) explica lo cuesta arriba que puede llegar a ser crear y mantener un medio hiperlocal. “En Son Playas no dispongo de un equipo de trabajo o financiamiento. Yo produzco la mayoría de los contenidos y trabajo en una agencia de mercadotecnia para costear los gastos que se generan en el portal. Actualmente estoy tratando de implementar un modelo de negocio para que el proyecto sobreviva. Aparte tengo un grupo de colaboradores que participan con artículos de opinión sin retribución alguna”, dijo a LJR.
En ese sentido, los periodistas entrevistados para este reportaje coinciden que las alianzas con otros medios y organizaciones son claves para poder salir de las dificultades financieras.
“Una vía para evitar la asfixia económica es la colaboración y entender que los problemas locales se conectan globalmente. La corrupción a nivel local tiene características muy similares a lo que pasa a nivel regional, nacional, o inclusive global”, explicó Pino.
Poco acceso a información pública
Otra desventaja que señalan los periodistas consultados es el atraso que tienen algunas entidades de gobierno locales en términos de transparencia y acceso a datos públicos. No solo sucede en países con claras deficiencias en materia de acceso a la información pública como Venezuela o Nicaragua. También sucede en México, Colombia, Argentina, entre otros.
“A nivel local en Argentina la disponibilidad de datos es casi nula. Hay muy poca información digitalizada y los pedidos de información no son una práctica frecuente, los gobiernos no contestan o no tienen ni siquiera los datos. Particularmente en Datos Concepción hemos trabajado mucho con el gobierno local justamente poniendo a disposición datos de contrataciones públicas para facilitar el trabajo de los periodistas”, contó Pino.
El problema de acceso a la información pública parece ser estructural y puede afectar tanto a periodistas locales como a nacionales. Las entidades gubernamentales pequeñas usualmente no tienen la información en los formatos solicitados. “El tema del acceso a la información pública muchas veces es difícil pero diría que va más ligado a la entidad territorial local que al hecho mismo de ser una persona local la que lo está pidiendo. También hay problemas de respuesta a tiempo si el periodista es de Bogotá”, dijo Velásquez. “Conseguir los datos es en parte lo que a uno le cuesta más trabajo siendo periodista local y uno tiene que estar todo el tiempo batallando para que le den a uno la información oportunamente”.
Latam Journalismreview