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Tradicionalmente, saber escribir y tener buena agenda eran las principales habilidades que debía acreditar el periodista que entrara a trabajar en una redacción. El contexto ha cambiado. Audiencias activas y multiplicación de ofertas caracterizan el mercado.
El periodismo trata de adaptarse a las demandas de las nuevas audiencias, cada vez más dispersas. Los medios quieren captar su atención con el uso de tecnologías digitales. Ese es, por ejemplo, el objetivo de una infografía sobre cómo se contagia el virus de la covid-19 en una habitación.
Un presentador de televisión, sin moverse del plató, se sitúa dentro del Congreso de los Estados Unidos gracias a la realidad virtual. Un programa de radio permite a la audiencia escucharlo en cualquier momento o lugar. Estos son solo algunos ejemplos de cómo la transformación digital del periodismo ha traído consigo nuevas tareas y perfiles profesionales a las redacciones de los medios.
Cincuenta años de tradición universitaria
A comienzos del curso 1971-1972 se crearon las primeras Facultades de Ciencias de la Información. Tendrían su sede en las universidades Complutense de Madrid y Autónoma de Barcelona. En ese año, se reconoció oficialmente esa misma condición para el Instituto de Periodismo de la Universidad de Navarra, creado en 1958.
Así pues, este curso 2021-2022 se cumplen 50 años del acceso de los estudios de comunicación, y entre ellos los de periodismo, a la oferta de titulaciones universitarias en España.
Hoy, las 42 facultades de comunicación públicas y privadas que ofertan estudios de periodismo en nuestro país hacen grandes esfuerzos por adaptarse a los nuevos retos de la sociedad digital. Figuras como las de SEO (especialista en mejorar la presencia y visibilidad en buscadores de internet), community manager (especialista en redes sociales), content curator (editor de contenidos), digital manager (responsable de la imagen de la empresa en internet), y tantas otras tareas nuevas se abren paso en las redacciones de los medios.
Tecnologías y grandes audiencias
El ejercicio de la profesión periodística exige disponer de competencias en el manejo de las tecnologías digitales. Competencias y habilidades necesarias para producir y difundir contenidos para grandes audiencias.
En este contexto, se impone en la enseñanza universitaria la idea de innovación docente: definir nuevas formas de enseñanza y evitar que los docentes se queden anclados en prácticas viejas y caducas.
La Declaración de Bolonia de 1999 impulsó durante la primera década del siglo XXI una transformación radical de los sistemas universitarios europeos. Y lo fundamental de este cambio fue dar a los estudiantes el protagonismo de su propio aprendizaje.
Frente a esa imagen que algunos hemos vivido en la que el profesor llegaba al aula, se sentaba en la mesa y nos leía su manual, el docente tiene ahora la obligación de actualizarse y utilizar nuevas formas de enseñar, nuevas metodologías docentes.
El manejo de las tecnologías digitales no debe considerarse un fin, sino una herramienta que facilita cumplir con las condiciones de proactividad y participación del estudiante. Y que complementa la innovación docente.
Nuevas formas de enseñar
Estas nuevas formas de enseñar que está aplicando el profesorado son muy diversas y variadas. Todas ellas van dirigidas a fomentar el compromiso activo de los estudiantes con su aprendizaje. Y tienen en común la idea de aprender haciendo. Algunos ejemplos son:
1. Aprendizaje por proyectos. El trabajo en clase gira en torno al desarrollo de un proyecto periodístico que sea profesionalmente viable. Podemos hablar de una publicación, un producto o un servicio. Por ejemplo, poner en marcha una revista especializada, en la que los alumnos tendrán que diseñar, maquetar y elaborar sus contenidos. O un proyecto de empresa periodística original, que fuese viable en la sociedad actual. Incluso, convertir el aula en una gran redacción digital.
En las últimas décadas se han llevado a cabo un número importante de iniciativas. La mayoría de los casos se desarrollan dentro del aula y es difícil tener una estadística sobre estas prácticas. No obstante, cada vez hay más foros en los que se ponen en común estas formas de enseñanza. Se trata de compartir con otros docentes buenas experiencias y que sepan enseñar en las aulas la forma de trabajar en los medios de comunicación.
2. Aprendizaje de servicio. Esta es una de las metodologías docentes más extendidas y de más largo recorrido en la enseñanza universitaria del periodismo. En la aplicación de esta forma de enseñar, los estudiantes realizan proyectos vinculados a colectivos sociales con los que se relacionan en su propia vida cotidiana: asociaciones, grupos de interés y, en general, entidades sin ánimo de lucro. Se les ofrecen soluciones profesionales que aquellos no podrían costear en el mercado de la comunicación. Entre otras, dar publicidad a sus actividades, relacionarse con los medios, diseñar campañas, etc.
Por ejemplo, dos profesoras de la Universidad Complutense de Madrid encargaron a sus estudiantes el diseño de una campaña de sensibilización sobre África. Los alumnos trabajaron con ONG y otros colectivos para la realización de materiales informativos. La iniciativa acabó con la organización de un evento denominado Convención África Existe.
Y así, a caballo entre las frías tecnologías digitales y el calor del compromiso social, es como estamos intentando enseñar periodismo hoy día en la universidad.
En estos momentos, resulta evidente la transformación de los medios. Los expertos hablan de un futuro con muchas dudas y pocas certezas. Solo coinciden en afirmar que el futuro será digital. Por tanto, la formación de los futuros periodistas no puede quedar anclada en usos y maneras del siglo XX.
The Conversation